Los trabajadores de Bon Preu i Esclat, en pie de guerra. Una parte de la plantilla, que pertenece al sindicato CGT, denuncia que la situación que viven los empleados está al límite: "Si a mí me suben la hipoteca y mi marido no trabaja, ¿cómo voy a darle de comer a mis hijos?". Esta frase es de Silvia, trabajadora de Bon Preu desde hace 30 años. En declaraciones a Metrópoli, critica que la compañía aún no tenga un convenio justo que contemple un incremento salarial equiparable al de otros supermercados de la competencia: "Lo que no puede ser es que un trabajador de Mercadona, en la misma categoría que yo, cobre 500 euros más".
Javi trabaja para Bon Preu como reponedor y critica que, después de 15 años, sigue cobrando "el mismo sueldo de 1.000 euros". El empleado avisa de que el problema no es sólo el salario: "Esto va a ir a peor y cada vez hay menos personal. Necesitamos que la gente despierte porque los clientes se están dando cuenta". Para trasladar estas reclamaciones, los empleados de CGT se concentrarán este viernes 11 y el sábado 12 de noviembre en la calle Pi y Margall y en la calle Llull, respectivamente. Una concentración que la empresa, según apunta a este medio, entiende como una medida más de presión enmarcada en las negociaciones con los sindicatos.
NEGOCIACIONES EN MARCHA
La delegada sindical de CGT, María José Martínez, denunciaba hace unos días a Metrópoli sus condiciones salariales: "Soy jefa de sección y mi sueldo no llega ni a los 1.300 euros". Este sindicato (que no tiene representación en las negociaciones con la empresa) exige que se acuerde un incremento salarial de 7% en base a un IPC real como lo tienen otras grandes cadenas como Mercadona o LIDL. " Bon Preu es una empresa que factura mucho dinero, podrían tenernos muy contentos y míranos" lamenta Silvia.
Precisamente este noviembre se ha hecho pública la lista de los 100 más ricos del mundo, entre los que el presidente de Bon Preu i Esclat, Joan Font, ocupa el lugar número 90. " Si la UGT consiguiese que nos equiparasen al 7%, yo les aplaudo, pertenezco a quien luche por lo más digno", añade la trabajadora de la tienda Llull de Barcelona.
Desde UGT, sindicato que junto con CCOO forma parte del equipo negociador, aseguran que no hay motivo para movilizarse puesto que las negociaciones continuan en marcha. Betty Costa, responsable de comercio de este sindicato, puntualiza: "No nos podemos comparar con otros supermercados porque Mercadona tiene un convenio privado y el nuestro es sectorial, confiamos en que a partir de enero de 2023 el incremento salarial será del 6,5%, las negociaciones van por buen camino. Nosotros por ejemplo estamos a menos horas que Mercadona, cada convenio tiene sus cosas buenas y sus cosas malas", concreta.
CONCENTRACIONES EN BARCELONA
La demarcación de Barcelona ha sido el escenario en el que los supermercados Bon Preu han confiado para desplegar su negocio. Actualmente hay 38 centros y dos de ellos, el de Pi y Margall y el de Llull, serán el epicentro de dos concentraciones convocadas por el sindicato CGT este fin de semana. Silvia, trabajadora de una de estas tiendas lo tiene claro: "Estamos perdiendo muchísimas cosas, nuestros abuelos se atrevieron a decir basta y nosotros debemos recoger el legado y no dejar de luchar por miedo, merecemos un incremento salarial".
Desde UGT, la también delegada sindical Betty Costa, considera que será una concentración sin sentido porque las negociaciones aún no han acabado: "Estamos en medio de un proceso, aún quedan reuniones y los sindicatos que negociamos somos UGT y CCOO. Mientras estemos sentados en una mesa, no vale la pena levantarse. Esto puede perjudicar más que beneficiar".
LA EMPRESA, AL MARGEN
Costa, una de las delegadas involucradas en la negociación con la empresa, afirma que las negociaciones están siendo fructíferas y que sólo hay un par de aspectos que hay que acabar de limar. Lejos de entrar en polémicas entre sindicatos, la empresa se remite a las negociaciones. Fuentes del grupo aseguran a Metrópoli que las conversaciones para conseguir un convenio se encuentran en la fase final. Entienden estas movilizaciones como una medida de presión para avanzar en las negociaciones, pero muestran absoluto respeto con la libertad de expresión de los trabajadores de la cadena de supermercados Bon Preu.