La sociedad patrimonial y de inversiones Emesa, propiedad de Emilio Cuatrecasas, continúa en declive. La entidad registró en 2022 un déficit de 27,7 millones, diez veces más que el año anterior, y quinto ejercicio consecutivo teñido de color rojo.
La sociedad del jurista ha encajado en el último lustro un espectacular quebranto de 165 millones. Esto se debe a que sus actividades financieras están sumergidas en un océano de números rojos. Su mayor activo de tal género es un paquete de acciones de la cotizada Elior. Desde que estalló la pandemia no levanta cabeza y su valor ha experimentado una drástica depreciación.
Deterioro bursátil
Esta se aprecia en los instrumentos financieros de Emesa, que contabilizaron un deterioro de 29 millones.
Elior gestiona el cátering de 20.000 restaurantes ubicados en áreas de servicio, estaciones de tren y aeropuertos. El negocio arrastra una larga fase depresiva, que se agravó exponencialmente durante la pandemia por el cierre de sus locales.
Cuatrecasas y los socios de Áreas, gestora de restaurantes, traspasaron la empresa a Elior en 2016. A cambio, el abogado recibió 46 millones en efectivo metálico y un paquete de acciones equivalente al 5% de Elior. En aquel momento, el gigante galo capitalizaba alrededor de 4.300 millones. El pasado viernes, el valor total de Elior había caído a 650 millones. Es decir, las acciones de Emilio han pasado de 215 millones a solo 32.
Menguantes fondos propios
El desplome bursátil se refleja en los fondos propios de Emesa. Desde 2018 se han desplomado de 306 a 155 millones.
Para paliar el boquete, Cuatrecasas ha tenido que echar mano de su otra gran división, la inmobiliaria. En los últimos tiempos, Emesa vendió un tercio de los activos, entre ellos su exclusivo ático de paseo de Gràcia, tal como informó este medio. Todavía conserva una tupida red de inmuebles en Barcelona y Madrid. Se compone de viviendas, oficinas y naves industriales, por valor de 143 millones.
Poderosos activos
Entre sus bienes destacan el edificio que ocupaba WeWork en Diagonal con paseo de Gràcia, la sede del Deutsche Bank en el 632 de la Diagonal, el Hotel Terraverda de la Costa Brava y oficinas en el recinto Mas Blau, de El Prat de Llobregat. Los ingresos de Emesa por los arrendamientos suman algo más de 5 millones.
La corporación posee participaciones en 17 entidades, entre las que se encuentran el proyecto del parque empresarial de Porta Diagonal, el St Paul's School de Barcelona o el Empordà Golf Club.
Historia y consejo
Emesa tiene su sede en avenida Diagonal esquina Numancia. El 99,8% de su capital pertenece a la instrumental Unión CB, propiedad de Emilio Cuatrecasas. Este ocupa la presidencia de Emesa, con su hija Inés Cuatrecasas Barceló como vicepresidenta y Jésica Andrés y Marc Palà como vocales.
Saga Cuatrecasas
Emilio tiene otras dos hijas, Cristina y Marta. Esta última dirigió hasta 2022 el gimnasio “pijo” La Sala Magali, sito en el upper Diagonal, en calle Borí i Fontestà, frente al Turó Park. El centro deportivo se declaró en quiebra en noviembre, tal y como avanzó Metrópoli.
Emilio impulsó meteóricamente el despacho de abogados Cuatrecasas, que fundaron sus ascendientes. Su especialidad era y sigue siendo sobre todo el ámbito tributario. Entre 1979 y 2014 ejerció de director y presidente ejecutivo, y desde hace una década es el presidente de honor.
La trayectoria del veterano jurista se truncó aparatosamente en 2015, cuando fue condenado a dos años de cárcel por ocho delitos fiscales. Como carecía de antecedentes, no entró en prisión. Pero se vio forzado a dimitir de presidente del bufete que lleva su apellido, vendió sus acciones y pasó al ostracismo social.