Seat se olvida de Barcelona, pero su CEO disfruta de Sitges

En un giro estratégico que ha sorprendido a muchos, Seat, bajo la batuta de su CEO, Wayne Griffiths, parece trazar un nuevo rumbo que se aleja progresivamente de Barcelona, su histórica sede. Mientras la marca se sumerge en una transformación, Griffiths, un inglés con una trayectoria internacional que lo ha llevado de Manchester a Alemania y de vuelta a España, encuentra su refugio personal en la tranquila localidad costera de Sitges.

Desde su llegada a Seat en los albores de los noventa, en una Barcelona preolímpica llena de efervescencia, Griffiths ha sido testigo y protagonista de los cambios de la empresa. Tras un interludio en Alemania trabajando para Audi, regresó a Barcelona en 2016, asumiendo roles clave primero en Seat y luego en Cupra, la marca que emergió para renovar y posiblemente reemplazar a Seat en el corazón de la estrategia de Volkswagen.

Apuesta por Valencia

El cierre del servicio de motos eléctricas compartidas Seat Mó en Barcelona y la decisión de abrir una mega factoría de baterías eléctricas en Sagunto (Valencia) en lugar de Martorell, han sido interpretados como señales de un distanciamiento corporativo de Barcelona. Estas decisiones han suscitado temores de que la identidad de Seat como emblema industrial de Barcelona se diluya en favor de Cupra y de nuevas ubicaciones.

Paralelamente, Griffiths ha consolidado su vida personal en Sitges, un retiro lejos del bullicio barcelonés, donde vive de alquiler en una casa frente al mar en la exclusiva urbanización de Terramar. Su fascinación por este enclave se refleja en su posible mudanza al corazón de Sitges, una localidad que elogia constantemente tanto en círculos públicos como privados. 

Vistas del paseo marítimo de Sitges desde la casa de Griffiths Metrópoli

Pendiente del Autódromo de Terramar

Más allá de sus preferencias residenciales, Griffiths ha mostrado un interés personal en la revitalización del histórico autódromo de Terramar, ubicado oficialmente en Sant Pere de Ribes, aunque más próximo a Sitges. Este lugar no solo ha servido de escenario para anuncios y eventos de Cupra, sino que también ha inspirado el nombre de 'Cupra Terramar' para un modelo de la nueva línea de Volkswagen. Además, hay un plan --promovido por un grupo de inversores, muchos de ellos pertenecientes a la alta burguesía catalana-- para transformar el lugar en un complejo de eventos dedicado al mundo ecuestre y automovilístico. Sin embargo, el proyecto se ha enfrentado a diversos obstáculos y cuenta con la férrea oposición de ecologistas y de ayuntamientos de la zona. Hasta la fecha, uno de los pocos que se ha significado públicamente con el proyecto ha sido Jordi Artigas, CEO del estudio de arquitectura OUA y responsable del diseño del nuevo autódromo de Terramar.

Mientras Griffiths disfruta del encanto de Sitges, la comunidad barcelonesa, especialmente los más de 10.000 empleados de Seat en Martorell, observa con atención y cierta inquietud sus movimientos, esperando entender qué lugar ocuparán en la nueva era de Seat y Cupra.