Una de las franquicias del grupo Tío Bigotes

Una de las franquicias del grupo Tío Bigotes

Economía

El 'rey' de las empanadas argentinas de Barcelona tropieza en Madrid

La cadena tiene en marcha un ambicioso plan de expansión en Catalunya, pero ha cerrado su única tienda en la capital de España

8 marzo, 2024 23:30

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Traspié del rey de las empanadas argentinas. La exitosa cadena de franquicias Tío Bigotes, que ya cuenta con 30 locales en Barcelona, ha cerrado su única tienda en Madrid.

Desde su nacimiento en 2009 con una primera tienda en Castelldefels, Tío Bigotes se ha convertido por derecho propio en la imagen visible de la fiebre por las empanadas en España. La cadena dispone de 15 establecimientos en Barcelona y otros tantos en el Área Metropolitana, Mataró o Tarragona, entre otros.

Resbalón capitalino

La bonanza económica de la cadena en Catalunya no se ha extendido al mismo ritmo en el resto del país. En Madrid, donde plantó su primera bandera en el barrio de Chamberí hace menos de dos años, ha tropezado. Y eso que anunció su llegada a bombo y platillo: la primera semana regaló 2.000 empanadas a los transeúntes que se acercaban al local. Además, su ubicación era inmejorable. Instalada en la calle Santa Engracia, a pocos pasos de la Plaza de Chamberí y la de Olavide, el local congregaba tanto a los vecinos como a los turistas que circulaban por uno de los barrios más céntricos de la capital.

Tras el repliegue en la capital, Tío Bigotes se ha instalado en el diminuto pueblo de Daganzo de Arriba, a unos 40 kilómetros de Madrid. La tienda se ha especializado en el delivery, y aprovisiona a los clientes de los municipios circundantes, como Paracuellos de Jarama, Alcobendas o Alcalá de Henares. Es su única tienda lejos del territorio catalán.

Plan de expansión

En los últimos años, Tío Bigotes se ha embarcado en un ambicioso y desproporcionado plan de expansión. "Acumulan franquicias sin control y ello les provoca algunos resbalones, como el de Madrid", alertan fuentes del sector a Metrópoli. La ambición de sus propietarios no tiene límite e incluso prevé dar el salto al extranjero este año, con una primera ubicación en París.

Tras el fulgurante éxito de la franquicia se esconde una turbia guerra fratricida, tal y como alertó este digital. Los supuestos malos tratos de Tío Bigotes a sus franquiciados desencadenó un sonado divorcio, que terminó con el nacimiento de las cadenas Empanada ClubI Love Empanada, antiguas franquicias de Tío Bigotes. En la operación estuvo inmiscuido uno de los socios fundadores de la cadena, que cambió de bando de la noche al día.

Un oscuro secreto

La escisión de los negocios se fraguó de espaldas a Tío Bigotes. Distintos testigos de la reyerta alertaron de que los motivos del enfado respondían a la poca profesionalidad de su propietario, su falta de rigor empresarial y su despreocupación por las tiendas.

Además, los extrabajadores de Tío Bigotes sostienen que la formación a los empleados era nula, la gestión diaria caótica y nadie podía expresar sus diferencias con la matriz. Es más, las prácticas inquisitoriales estaban a la orden del día, y la frase "esto no es una democracia" resonaba habitualmente en conversaciones telefónicas.

Barcelona, ciudad de empanadas

La carrera por las franquicias de empanadas en la capital catalana está liderada por Las Muns, con 16 locales; y Tío Bigotes, que cuenta con 18. Le siguen Empanada Club, con una decena; La Fábrica, con ocho; Malvón, que tiene cuatro; y Criollo y la ya mencionada I Love Empanada, que cuentan con tres. El resto de tiendas de empanadas son pequeños locales regentados por particulares. En total, suman casi un centenar de establecimientos.