La Generalitat apuesta por convertir Barcelona en el puerto digital del Mediterráneo
- La inversión en la capital catalana se dispara en los centros de datos, un mercado pequeño en competidores, pero que llega a otros continentes
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Barcelona se está volviendo cada vez más digital. Mirar una serie en Netflix, hacer una reunión por Microsoft Teams o realizar un pago a través del móvil son acciones que los ciudadanos ya han incorporado a su rutina sin esfuerzo. En un contexto donde la necesidad de estar comunicados gobierna gran parte del día a día, los centros de datos se erigen como los grandes baluartes de los servicios digitales.
Estos edificios y salas que albergan máquinas de computación son la nueva apuesta de la Generalitat para convertir a Barcelona en el puerto digital del Mediterráneo. Y lo hará con la ayuda del sector privado.
Gran inversión
Si en el año 2023 la inversión de las empresas en centros de datos fue de 241 millones de euros, en 2025 llegarán a los 1.047 millones de euros. En otras palabras, se multiplicará por cuatro.
El hecho no ha pasado por desapercibido para los inversores españoles, quienes habitualmente financiaban proyectos de vivienda, y ya han señalado al sector como el que más potencial de crecimiento tiene en la capital catalana.
Hace dos años era impensable que los centros de datos atrajeran tanto capital. Fue la llegada de la primera estación internacional de aterrizaje de cables submarinos de fibra óptica, el Barcelona Cable Landing Station, la que ha disparado su crecimiento.
Marsella, el modelo
Robert Assink, el director de la empresa Digital Realty en España y vicepresidente de la Asociación de ‘Data Centers’ de España, ha explicado que la Generalitat empezó a interesarse por los centros de datos y los cables submarinos en 2019, a raíz de un evento que su empresa organizó en Marsella, al sureste de Francia.
“Marsella es la ciudad de Europa que alberga más cables submarinos, lo que ha atraído un ecosistema de centros de datos que la ha posicionado como punto de interconexión entre continentes”, ha explicado Assink.
Al ver la capacidad de crecimiento de la ciudad francesa, los inversores quisieron diversificar el tráfico y buscaron un segundo lugar: Barcelona.
El cable submarino
Un exdirectivo de Digital Realty presentó el proyecto de Marsella a la Generalitat, que enseguida se subió al carro para transformar Barcelona en el próximo punto caliente de conectividad digital de Europa.
A partir de ahí, el Govern encargó a AFR-IX Telecom la construcción de un punto de amarre de cables submarinos en la capital catalana, el mencionado Barcelona Cable Landing Station.
‘Aeropuerto’ de datos
La importancia de estar presentes en áreas metropolitanas como Barcelona es poder acercarse a los usuarios, ha detallado Assink.
Los centros de datos que la Generalitat y el sector privado quieren impulsar en la capital catalana no tienen nada que ver con el macroalmacén de datos que Amazon ha construido en Aragón y Microsoft plantea imitar.
“Mientras en Aragón se almacenan los datos, nosotros actuamos como un aeropuerto. Los datos actúan como pasajeros, les ofrecemos el servicio y luego se marchan”, ha narrado Assink.
“Hablamos de dar las transmisiones digitales con buena calidad, sin interrupciones y sin que haya demasiada desconexión en la señal. Eso significa que los servidores deben estar cerca de las casas y los despachos”, ha matizado.
Más potencia eléctrica
Pero el trabajo no corresponde únicamente a las empresas, la Generalitat debe asegurarse de que su infraestructura funciona y para ello necesitan tener la potencia eléctrica suficiente.
Es por eso que el Govern ha aumentado los últimos años los megavatios (MW) de electricidad disponibles en Catalunya.
Según el último informe trimestral del Observatorio de Energías Renovables de Foro Sella, Catalunya ha incrementado la potencia eléctrica renovable a la red eléctrica nacional en 71 MW este 2024.
España y Cataluña tienen una capacidad para generar electricidad muy grande y la cual no gastan, de manera que, comparado con otros países, tiene margen para multiplicar por diez o por veinte su base de electricidad.
Distribución de la electricidad
El problema que ha señalado Assink radica en la distribución de la energía. “Donde se genera la energía, no es donde se necesita el centro de datos. De manera que se debe distribuir y esto requiere modificaciones en la conexión de red eléctrica”, ha explicado el director general.
Mientras un centro de datos tarda dos o tres años en construirse, planificar la red de distribución eléctrica cuesta de cinco a ocho años. “Es ahí donde está el desajuste, no en la capacidad para generar”, ha apuntado Assink.
Por otro lado, el director general ha dejado claro que esta electricidad siempre proviene de energías renovables: “Es parte de nuestro ADN”. Este hecho hace que las administraciones vean con buenos ojos esta actividad, para la cual no suelen poner muchos impedimentos para construir.
Nuevos centros de datos
Digital Realty está construyendo un centro de datos en Sant Adrià de Besós, cerca del Barcelona Cable Landing Station.
Además, hay otras empresas que se encuentran en la actualidad desarrollando sus proyectos. Es el caso de AQ Capital en Cerdanyola del Vallès y Merlin Properties, que está explotando la zona franca a la espera de que invierta en otro centro en la capital catalana.
Durante el año 2025, ha asegurado Assink, no se espera que abra ningún centro de datos nuevo. Es posible que haya anuncios de inversión o empiecen nuevas obras, pero los edificios que están en construcción abrirán a partir de 2026.