
Una panadería de la cadena 'Vivari' en una imagen de archivo Barcelona
Las macropanaderías, en el punto de mira: el Gremi de Restauració prepara nuevas denuncias en Barcelona
El director de la asociación, Roger Pallarols, hace un llamamiento a llevar a legalidad a los establecimientos con degustación que incumplen con la normativa municipal
Las macropanaderías asedian el centro de El Clot de Barcelona
Noticias relacionadas
- La fiebre de las macropanaderías se extiende en el Eixample: un restaurante familiar se convierte en un Vivari
- Barcelona suma más macropanaderías: una popular cadena francesa aterriza en pleno centro con planes de expansión
- Roger Pallarols (Gremi de Restauració): "Las macropanaderías gozan de una impunidad absoluta en Barcelona"
El sector de las macropanaderías "lleva más de una década gozando de impunidad" en su constante expansión por Barcelona. Hoy en día, hay cerca de unos 600 locales que encajan bajo esta descripción, en los que se sirve café, bollería, bocadillos y degustación en general.
Pero también las hay en las que se vende alcohol, se hacen menús del día, platos precocinados y otras propuestas que las sitúan en un punto medio entre las cafeterías, los bares y los restaurantes.
Con un margen de beneficio escueto, porque los productos son muy económicos, estos locales se centran en generar mucha venta en lugares estratégicos de la ciudad.
Y, por el camino, ejercen de competencia directa que, en muchas ocasiones, es "desleal", según el Gremi de Restauració de Barcelona.
Lo es porque "se suele incumplir la normativa municipal", sobre todo por uno de los siguientes motivos: "más aforo del permitido, venta de alcohol, oferta de menús y venta de productos de otra especialidad", explica el director del Gremi de Restauració, Roger Pallarols, en una entrevista con Metrópoli.
Batería de denuncias
Por ello, "no tardaremos muchos días en presentar un paquete de denuncias muy amplio a otras panaderías con degustación que también hemos comprobado que incumplen las condiciones de su licencia", desvela.
Estas denuncias se suman a las ya presentadas por la asociación. En total, se han denunciado ante el Ayuntamiento de Barcelona cerca del 40% de las licencias de degustación" en la capital catalana.
En este sentido, Pallarols --coincidiendo con el ecuador del mandato de Collboni en la alcaldía de Barcelona--, observa que "sí parece que la máquina municipal ha empezado a responder a las denuncias, pero todavía es pronto para evaluar. La desconfianza en la eficiencia municipal es lógica en este caso".

Entrevista a Roger Pallarols Barcelona
Lo es, justifica, porque el Gremi lleva desde 2010 denunciando las prácticas de un sector que lleva 15 años en constante expansión. Tras la primera batería de denuncias en 2019, descubrieron, cuatro años después, que gran parte de los procedimientos habían caducado, o había órdenes de cese sin ejecutar desde hacía años.
La tónica ahora ha cambiado, en parte gracias a la presión de grupos políticos. "Esquerra, por ejemplo, ha tenido un papel decisivo en estos últimos meses para que sepamos que de las últimas denuncias parece que el Ayuntamiento ha visitado más de 80 locales, de estos, casi el 90% incumplen las condiciones que se habían denunciado".
Cumplimiento de la normativa
"Lo que le hemos pedido al ayuntamiento es que exija el cumplimiento de la normativa contra un fenómeno devorador que daña a los bares, pero que también está destrozando el oficio tan arraigado en nuestra tierra de la panadería tradicional", lamenta.
Todo ello, con el objetivo de evitar "la intromisión al sector de la hostelería y que devoren radicalmente los bares o restaurantes que tienen en el entorno del lugar donde se implantan".

Panadería Vivari de la calle Consell de Cent, en el Eixample Barcelona
"Y si estos señores quieren hacer venta de pan y actividad de bar más allá de las condiciones de degustación, es muy sencillo. Aquí no atacamos el modelo de oferta comercial. Aquí lo que atacamos es que tengan unos camareros de facto que cuestan 400 euros menos que el camarero de un bar porque no aplican el convenio de hostelería", sentencia Pallarols.
Control a bares y restaurantes
"También que no vendan menús y productos que no pertenecen a la degustación. Si no, ¿Cuál es la diferencia con un bar tradicional? Que los locales de degustación ejercen de bar sin cumplir las condiciones, salarios y costes que acarrea la hostelería", valora.
El consistorio "tiene medios" para "tomarse en serio" la cuestión y ejercer un control sobre el sector. Eso "lo hemos visto con los supermercados 24 horas, que nadie iba allí y cuando fueron se nos pusieron los pelos de punta".
También con la presión permanente sobre "los bares y restaurantes, que están sometidos a permanente vigilancia y control. No es creíble que Barcelona no tenga capacidad de controlar estas actividades", declara.

Mostrador de uno de los muchos Vivari que tiene la ciudad de Barcelona
La situación, todavía hoy en día, genera "un funcionamiento anormal del mercado en el que no prima la competencia en igualdad de condiciones. No aportan nada a nivel artesanal, ni suman a las buenas condiciones de vida de los trabajadores de su sector ni contribuyen a la personalidad de una ciudad donde la hostelería y la panadería tienen mucho arraigo, personalidad, tradición y capacidad de innovación. Al final son fenómenos que devoran, pero devoran porque les han dejado devorar", dice.
"Hoy estamos viendo los primeros frutos de una actuación inspectora, que llega tarde, y que tendremos que estar muy atentos para que produzca las consecuencias que tiene que producir, que es llevar a estos establecimientos a la legalidad", concluye.