La fiebre de las macropanaderías se extiende en el Eixample: un restaurante familiar se convierte en un Vivari
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La plaga de las macropanaderías - cafeterías se extiende por Barcelona. A los más de 400 locales abiertos por casi una decena de marcas y franquicias, la capital catalana suma un nuevo local que abrirá --para disgusto de los comerciantes de la zona-- sobre los cimientos de un antiguo restaurante familiar.
En el número 108 de la calle de Pau Claris, en el barrio de la Dreta de l'Eixample, el restaurante Campeón, un establecimiento familiar que durante años dio de comer a vecinos y trabajadores de la zona, sirvió su último menú durante el verano. Ahora, el local está en reformas, los trabajadores llevan materiales de un lado para otro ante la atenta mirada de un hombre, de origen asiático, que confirma a Metrópoli que "será una panadería".
Los comercios vecinos, en contra del cambio
Pero no será cualquier panadería. Tiene un nombre de sobras conocido: Vivari. Uno de tantos locales franquiciados del grupo dirigido con mano de hierro por los hermanos Chenxiao y Yongmao Ji, pero en el que también participa buena parte de la familia de origen chino afincada en Barcelona.
La pérdida del local familiar y su conversión en otro local franquiciado ha cogido por sorpresa --y enfado-- a los comerciantes, según explican estos mismos a Metrópoli. Y es que hablar de "otra macro-panadería" no es casualidad: y es que a escasos metros, en la calle de Consell de Cent, hay otro establecimiento del mismo grupo.
Una plaga
No solo eso, la competencia entre el sector es feroz. En un radio de unos 250 metros, en las calles aledañas como son Girona, Roger de Llúria o Aragó, entre otras, hay hasta tres locales de la cadena El Fornet, otros dos de la cadena 365 o un Santa Gloria, por poner varios ejemplos.
Todos ellos son negocios dedicados a la venta de pan, pero también de café, pastas, bocadillos e incluso bebidas alcohólicas como cerveza. Se trata de un modelo de comida rápida que compite asimismo con otros locales dedicados estrictamente a la restauración.
Competencia desleal
Y esta supone una diferencia sustancial, pues para dedicarse a estas actividades, el local debe tener una licencia específica. En 2019, el Gremi de Restauració presentó una denuncia contra 70 establecimientos de este sector por incumplimientos de la normativa municipal.
El director del Gremi, Roger Pallarols, explicó a Metrópoli que este tipo de negocios hace "competencia desleal" al resto de bares y restaurantes, en tanto que no pagan por las mismas licencias y se adhieren al convenio colectivo de la panadería --en vez del de la restauración--. Ello supone unos 400 euros menos al mes por nómina pagada.
De hecho, y como ya pudo saber este medio, la franquicia es conocida por explotar a sus, sobre todo, empleadas, mujeres latinas recientemente migradas a España y que ven en estos locales una primera oportunidad laboral. No son pocos los casos de horas extra no remuneradas o contratos con convenios que no son los adecuados.
La apertura, pendiente de un hilo
Pero el nuevo centro podría cerrar antes siquiera de abrir. Preguntados por Metrópoli, fuentes municipales aseguran que está pendiente de notificación de suspensión. El local dispone únicamente de un enterado de obras, una documentación insuficiente para los trabajos que se están llevando a cabo.
Así las cosas, la Guardia Urbana ha levantado ya un acta contra esta remodelación y se ha abierto un expediente disciplinario, por lo que todo apunta a que es cuestión de tiempo de que el consistorio les cierre el local.