Mar Alarcón: "Los emprendedores con experiencia van muy buscados porque hay mucho dinero"
La vicepresidenta de Foment y de Tech Barcelona asegura que el ecosistema de startups "está en su adolescencia, pero llegando a su madurez"
7 julio, 2022 00:00Noticias relacionadas
Mar Alarcón es vicepresidenta de Foment del Treball y de Tech Barcelona, además de fundadora y CEO de Social Car y TerapMe. Con más de una década de experiencia en el sector de las startups, la licenciada en derecho se desarrolló como profesional en el bufete de abogados Cuatrecasas y como emprendedora en Grameen Bank.
¿Cómo y cuándo empieza tu carrera profesional en el sector de las startups?
Mi formación es jurídica, venía de un despacho y después me seguí formando, dejé la abogacía y antes de Social Car monté una empresa de renovables. Creo que los emprendedores hacemos cosas porque tenemos un propósito, y nuestro propósito estaba muy centrado en la sostenibilidad. La empresa la montamos en el 2005, tuvimos todo el acelerón de las renovables y la vendimos. Nuestro propósito nos hizo reflexionar sobre la movilidad del futuro. Ahora todo el mundo habla de ello, a nosotros se nos ocurrió hace 10 años. En España solo había un carsharing y el Bicing, así que decidimos darle una vuelta más al carsharing para que fuera una plataforma tecnológica donde tú podías compartir tu coche. No nos interesaba lo de comprar una flota entera de coches para luego compartirla. Nosotros fuimos los primeros en hacerlo en España, a nivel global tampoco había muchas, todas estaban empezando, por lo que había barreras a nivel regulatorio o de seguro. Fue una iniciativa muy disruptiva en ese momento y a lo largo de los años ha ido transformando otros sectores, no sólo el de la movilidad.
¿A nivel tecnológico fue sencillo?
Para nada, hacer una plataforma tecnológica hace 10 años no tenía nada que ver con ahora. La tecnología ahora es más accesible, pero en ese momento era hacerlo desde cero. Hicimos una web y la hemos ido actualizando y cambiando, no era tan fácil como ahora pero teníamos algunos desarrolladores con los que pudimos confiar. El mundo tecnológico ha ido creando nuevas posiciones, por lo que hay escasez de algunos perfiles. Ahora mismo hay mucha demanda de data scientist o analyst, el ecosistema de startups está en su adolescencia en Barcelona, por lo que se necesitan nuevos perfiles y muy concretos.
¿Cuál ha sido vuestra evolución?
Nosotros hemos impactado, hemos avanzado en el sentido de que los coches que se dan de baja es porque se venden. De la gente que vende estos coches, un 40% ya no lo reemplaza, pasan a no tener coche. Tenemos clientes que primero alquilan y luego dejan de tener vehículo. Si no necesitas el coche salvo un fin de semana al mes ¿para que vas a tenerlo? Y ese 60% que se compra otro turismo suele ser más eficiente, sobre todo a nivel de emisiones de CO2.
La antigüedad de nuestra flota siempre es más joven que la antigüedad de la flota española. Nuestra flota está alrededor de los 10 años, de media, hay bastante coche nuevo, y en cambio en España ronda los 15 años.
¿Y el target?
La edad media para el propietario del vehículo siempre ha rondado los 35 años y el que alquila suele ser más joven, unos 30 años. Lo que hemos visto es que la gente joven se saca el carné más tarde y nosotros somos el servicio que viene después de Blablacar. Cuando vas con amigos o pareja ya pasas a servicios como el nuestro, es como la continuidad del viajar solo con Blablacar. Los propietarios del vehículo los separamos en dos: los superpropietarios, que siempre tienen el coche disponible, y el que lo ofrece cada cierto tiempo. El primero se puede llevar unos 7.000 euros o más al año, las ganancias del segundo estarían en torno a los 4.000 euros.
¿Y vosotros, qué papel tenéis a la hora de alquilar?
El usuario se da de alta, el otro tiene el coche, el primero localiza donde está, se lo solicita y entre ellos se hablan. Nosotros les facilitamos la apertura del coche a través del teléfono, el seguro y demás. Ahora estamos desarrollando una tecnología para que el propietario del turismo ya no tenga que ir a dar las llaves, sino que con el propio teléfono estamos intentando que pueda abrirlo y empezar a conducir.
¿De media, cuantos días usan el coche?
Dos días y medio. No se suele usar por horas, aunque también ofrecemos este servicio.
¿Y vuestro modelo de negocio?
Nosotros nos llevamos una comisión, que siempre es del 25%. El precio de cada alquiler lo pone el propietario, nosotros recomendamos unos costes, de cada modelo de coche tenemos una referencia, pero ellos ponen el precio que les parece.
¿Descartáis motos?
Sí, nos las han pedido mucho, pero en Social Car trabajamos con cuatro ruedas: coches, furgonetas, campers y demás.
¿Alguna anécdota o algún incidente destacable que os haya ocurrido?
En un coche puede pasar cualquier cosa, pero se pueden resolver. Lo que hay son anécdotas, sobre todo personales. Clientes que se han hecho amigos, un señor mayor que vino para poner en alquiler su coche pero que no tenía ni correo, y se lo creamos para que pudiera registrarse, hay muchas historias. Por otro lado, la gente nos deja reseñas, y si las miras dan gusto leer lo que luego la gente dice. Ellos se entienden, todo funciona y están contentos.
¿Dónde operáis?
Trabajamos solo en España, es uno de los mejores mercados en Europa para hacer esto y nos hemos planteado salir, pero hemos decidido reforzarnos aquí. En España somos los líderes y la decisión fue mantener el liderazgo. En las islas también estamos y en Baleares hay mucha demanda, especialmente en verano. Cataluña es la comunidad autónoma con más solicitudes, luego ya van ciudades como Madrid y Valencia. A nivel anecdótico, cuando lanzamos la plataforma teníamos muchos coches en Cardedeu, pero no había prácticamente demanda porque todo el mundo tenía coche. ¿Qué pasó allí? Justo habían anulado unas líneas de bus, había poca oferta de transporte público y entonces nos salieron muchos coches.
¿Qué tipo de cliente tenéis?
En torno al 18% de los clientes son turistas, básicamente porque son gente joven que ya utilizan estos servicios en sus países, por lo que ya nos buscan. Es más barato, más flexible y es todo más sencillo. Si ya conocen el servicio, cuando llegan aquí es más fácil para ellos. El resto de clientes es gente que vive aquí.
¿Cómo gestionáis las multas?
Es como un coche de alquiler, se identifica al conductor y se la mandamos. En el caso de los extranjeros hace falta adjuntar su identificación y ya está. A veces no les llega la notificación, pero son más temas administrativos que nuestros.
¿Cuántos empleados tenéis?
Ocho personas.
¿Sois rentables?
Sí. Fue una importante decisión que tomamos en 2018. Decidimos apostar por la rentabilidad más que crecer tanto. Desde hace tres años que lo somos. En 2020 operamos pocos meses, 2021 ha sido complejo por las limitaciones de movilidad, en la empresa hemos ido en modo cucaracha. Ahora en 2022 estamos recuperando los niveles prepandemia, que es el objetivo. A día de hoy Social Car está bien, el equipo funciona y queremos apostar por el desarrollo de tecnología.
¿Cuándo hablamos de movilidad del futuro, de qué hablamos?
Que será compartida, conectada, eficiente a nivel de emisiones de CO2 y será autónoma, sin conductor. De hecho, el coche que más se alquila es el Tesla, es nuestro best seller. La gente quiere probarlo.
¿Los inversores son de aquí?
Tenemos a Luis Martín Cabiedes, diferentes Business Angels, empresarios del sector de la innovación, uno de los fundadores de Blablacar y luego al RACC, que entró hace unos años.
¿Se han puesto en contacto con vosotros las administraciones?
Cuando lanzamos esa iniciativa había un vacío regulatorio, por lo que los fuimos a ver a todos. Consideramos que era un buen estímulo y quisimos presentarlo.
Barcelona está centrada en bicicletas y si ideológicamente este es el mantra de nuestra administración, pues es lo que hay. Hay ayuntamientos que nos han recibido muy bien y hay otros que no tanto. Conversaciones hemos tenido mil, pero la administración es muy lenta, en iniciativas innovadoras son precavidos. En Canarias tenemos colaboración público-privada, nos vinieron a buscar, o durante la pandemia colaboramos con el Institut Català de la Salut. Los coches se pusieron a disposición del sector sanitario. Ofrecimos desde Social Car más de 300 vehículos para la gente que realmente lo necesitaba, fue genial y en 48 horas todo estaba montado. También nos llamaron del Departamento de Territori para colaborar con Open Arms. Se formó a los voluntarios de Open Arms para que hicieran tests covid y necesitaban coches, por lo que nosotros les prestamos los que teníamos para que se pudieran mover, entonces sí nos llamó la Generalitat para poder facilitar los vehículos.
¿Qué habéis aprendido de la pandemia?
Ha acelerado la tecnología, pero también han acelerado los procesos regulatorios. Esto estaría bien que se quedara, que no volviéramos atrás, que se mantuvieran algunas colaboraciones, que no hace falta que tengamos un tsunami para que nos pongamos a hablar.
¿España, Cataluña y Barcelona cuentan con administraciones ágiles para montar una startup?
Crear una empresa en España tiene una durada de un mes, no es ágil, hay otros países que en mucho menos tienes la compañía montada. El sector de las startups está en su adolescencia en Barcelona, con sus convulsiones propias de la adolescencia, pero está llegando a una madurez. Operaciones que se están haciendo, unicornios que están apareciendo, poco a poco. No puedes pretender ser Palo Alto en dos días. Montar una sociedad en España no es lo más fácil, pero se ha ido mejorando. Al final es un tema de entenderse. Madrid lo está haciendo muy bien, pero sigue por detrás de Barcelona. Ciudades como Ámsterdam o Berlín han empezado antes, nosotros lo estamos haciendo estupendamente Tenemos buenos emprendedores que están y han generado el ecosistema y hemos sido los que hemos atraído capital, hemos puesto Barcelona en el mapa y hemos devuelto al ecosistema lo recibido: invertimos en otras empresas, colaboramos con universidades, lo interesante de aquí es que se ha creado por la sociedad civil y a espaldas de la administración.
Barcelona Activa, por su parte, ha hecho una labor brutal. Es del año 2000 y sigue, fomenta a emprendedores, lleva a cabo cursos, da ayudas... tiene un papel fundamental.
Se está hablando mucho de la inversión ¿Crees que falta en Barcelona?
Hay más dinero que proyecto. Como emprendedora he ido buscando financiación y ahora hemos visto que lo que falta son proyectos. Emprendedores con experiencia van muy buscados porque hay mucho dinero. El Venture Capital va a frenar, o eso dicen, pero a nivel práctico no lo estoy viendo.
Acabamos de lanzar otro proyecto. A raíz de la pandemia una de las ideas que hemos tenido ha sido crear una plataforma para los profesionales de la salud mental, que la siguiente pandemia será de eso. Hay 12 suicidios al día en España y hay que hacer hincapié en eso. Hemos lanzado una plataforma que se llama TerapMe para hacer sesiones online con psicólogos. Estamos ahora trabajando ronda y estamos viendo que hay interés, que hay ganas.
El emprendedor es el que tiene les habilidades de pasar de 0 a 10, no todo el mundo se siente cómodo en esa posición, ser emprendedor es ser capitán de un barco con niebla. Hay emprendedores que nos sentimos cómodos en esta fase y luego hay gente que es buena empresaria, que le gusta pasar del 10 al 100. Debemos tener gente para todo.