Un comerciante, en su parada de ropa, con la lluvía cayendo a chorros

Un comerciante, en su parada de ropa, con la lluvía cayendo a chorros

Eixample

El nuevo mercado de Sant Antoni se inunda por tercera vez en tres semanas

Las fuertes lluvias han provocado importantes filtraciones de agua en muchas paradas

13 septiembre, 2018 18:06

Noticias relacionadas

El nuevo mercado de Sant Antoni se ha inundado por tercera vez desde finales de agosto, en apenas tres semanas. Las fuertes lluvias caídas este miércoles en Barcelona han provocado importantes filtraciones de agua en el equipamiento, que abrió el pasado 23 de mayo tras nueve años de obras y 80 millones de inversión

Las paradas más afectadas por el agua fueron las exteriores y las que se encuentran junto a las paredes interiores del mercado. Un vídeo publicado en las redes sociales en la cuenta de @educollde no deja lugar de dudas y se ve como la lluvia cae a chorros en el interior de dos paradas de ropa. Algunos de los paradistas han intentado que el género se les estropease tapándolo con plástico, pero en algunos casos de de poco ha servido.

Esta es la tercerca ocasión que el nuevo mercado de Sant Antoni se inunda. La primera vez fue el 23 de agosto y, posteriormente, las lluvias volvieron a afectar el 6 de septiembre. En aquellas ocasiones, el agua entró en el mercado por unas aberturas con motivos ornamentales que hay en la fachada, y afectó, sobre todo, a las paradas que hay en el perímetro de la instalación. En las paradas exteriores, la filtración de agua puede ser debida a que las hojas obstruyen los desagües del techo.

COMO UNA CATARATA

El comerciante Xavier Guilarte, que regenta un establecimiento de ropa en el interior del equipamiento, ha explicado que la lluvia entra por la cúpula y por los cristales de algunas paradas del perímetro. Este miércoles, las paradas más afectadas han sido las exteriores. "Era más seguro estar fuera que dentro. El agua caía como en una catarata, con el peligro de que hay luz", denuncia el comerciante.

La semana pasada, explica Guilarte, la lluvía provocó que se hundiera el techo de una pescadería. "Desde el Instituto de Mercados de Barcelona nos vendieron que íbamos en un Ferrari y ahora resulta que vamos en un Mehari [un descapotable de bajo coste de Citroen de finales de los 60]. Desde el Ayuntamiento la única solución que se nos ha dado es que tapemos la ropa con plásticos", critica.