El paseo de Gràcia (en catalán, Passeig de Gràcia) es una de las zonas más glamurosas y privilegiadas de Barcelona, y también una de las más visitadas. Es famosa por sus edificios modernistas, con obras diseñadas por Antoni Gaudí, y por acoger numerosas tiendas de lujo.
Sus orígenes se remontan a la época romana. Primero fue un lugar de paso que comunicaba Barcelona con Gràcia, después pasó a ser un espacio de ocio tras la instalación de unos jardines a lado y lado de la calle y finalmente se convirtió en lugar de residencia cuando Ildefons Cerdà planteó el Eixample a finales del siglo XIX.
EL ORIGEN DEL NOMBRE
El paseo de Gràcia, la primera calle de Barcelona en la que se puso una multa de tráfico, comunica el casco antiguo de la capital catalana con la avenida Diagonal. El nombre del paseo proviene del hecho de haber sido en sus inicios el camino que unía la Barcelona amurallada y la Vila de Gràcia (era el paseo para ir a Gràcia, de ahí el nombre).
LUJO Y BURGUESÍA
Es una de las vías más lujosas de la ciudad. Lo es desde que su relevancia comercial captó la atención de la burguesía adinerada, que construyó edificios en ella para competir con el resto, en una guerra por ver quién tenía la vivienda más lujosa.
Esta competición absurda puso en bandeja que los arquitectos de la época tuviesen libertad para crear algunas de las obras más maravillosas del modernismo, que se conservan en la actualidad y hacen del paseo un lugar especial.
LA PEDRERA, CASA BATLLÓ Y MANZANA DE LA DISCORDIA
Antoni Gaudí es el gran protagonista del paseo de Gràcia. Suyas son la Casa Milà, más conocida como la Pedrera, famosa por su fachada principal y por las originales chimeneas de su azotea, y la Casa Batlló, conocida por su fachada, muy colorida y llena de imaginación, que simula las curvas de un dragón.
Justo al lado de la Casa Batlló se encuentran la Casa Amatller, construida entre los años 1898 y 1900 que mezcla el gótico catalán y el flamenco, famosa por la forma triangular de la parte superior de la fachada, y la casa Lleó Morera, ambas de Puig i Cadafalch, en la conocida como manzana de la discordia.
BALDOSAS DE GAUDÍ Y BANCOS-FAROLA
Otro de los rasgos inconfundibles del paseo de Gràcia son los bancos-farola que se encuentran a lo largo de la vía y las baldosas hexagonales que diseñó Antoni Gaudí con motivos vegetales que se pueden encontrar en los alrededores de la Pedrera, aunque fueron inicialmente pensadas para la Casa Batlló.