Una calle de Barcelona, la de Enric Granados, acumula el 34,2% de las inspecciones por incumplimientos de terrazas de este 2021. De las 2.100 comprobaciones hechas por los técnicos municipales en toda Barcelona, 720 se han hecho en este eje pacificado del Eixample, que une la Diagonal con la calle de la Diputació. Según la teniente de alcaldía de Ecología Urbana y Urbanismo, Janet Sanz, en Enric Granados hay un incumplimiento generalizado de la norma. La calle ya ha sido bautizada como la zona 0 de las terrazas de Barcelona.
Para Sanz, Enric Granados es un claro ejemplo de zona saturada de terrazas. Y a tenor de las palabras de la regidora, Enric Granados no tendrá cabida en la consolidación (que pasen a ser permanentes) de las nuevas terrazas y ampliaciones -por ejemplo en calzada- permitidas durante la crisis sanitaria del coronavirus en la que trabaja el Ayuntamiento. "Enric Granados lo tiene todo. Las infracciones, las sanciones, los incumplimientos... En Enric Granados nos encontramos grandes incumplidores. Todo hace pensar que la vía no consolidará las ampliaciones". La modificación de la Ordenanza se tiene que aprobar de forma definitiva en el pleno del día 23 de diciembre, tras superar el primer trámite en la comisión de Economía.
UN 44% DE LOS EXPEDIENTES SANCIONADORES DEL EIXAMPLE, EN ENRIC GRANADOS
A lo largo de 2021, las inspecciones a terrazas han crecido en Barcelona un 38%, hasta las citadas 2.100. Según Sanz, solo en Eixample se han abierto más de 500 expedientes sancionadores y se han hecho más de 30 procedimientos de retiradas de terrazas. En el caso concreto de Enric Granados, las más de 720 inspecciones han derivado en más de 220 expedientes sancionadores, un 44% del total del Eixample. También se han llevado a cabo 18 procedimientos activos de retirada de mesas y sillas, de los que dos se han hecho efectivos. Con estos números, los permisos provisionales de ampliaciones y nuevas terrazas por el Covid-19 difícilmente se renovarán en esta calle.
El director general del Gremi de Restauració, Roger Pallarols, discrepa del posicionamiento municipal. "Nosotros creemos que todas las terrazas que se ampliaron se tienen que mantener. También las de Enric Granados". Sin embargo, el Gremi acatará la decisión del Ayuntamiento en beneficio de un consenso en el resto de la ciudad. En cualquier caso, Pallarols se muestra partidario de que en Enric Granados se analice caso por caso y no se tome una decisión unilateral.
114 LICENCIAS EN MENOS DE UN KILÓMETRO
Pero, ¿cómo se ha llegado a esta situación? Josep Maria Alcaberro, portavoz de la plataforma vecinal SOS Enric Granados, dice que el problema en Enric Granados no es un incumplimiento u otro sino el "modelo de calle que se ha creado". Enric Granados no tiene un kilómetro y acumula 114 licencias de terrazas, incluidas las de los hoteles. El cambio de Enric Granados empezó a finales del siglo XX, cuando se convirtió en un boulevard. "Es un modelo de calle de éxito que ha acabado colapsando". Las mesas autorizadas son 418 y las sillas 1.654.
Durante años, el Ayuntamiento no ha puesto ninguna política reguladora" y ha mantenido una actitud "pasiva", sostiene el portavoz vecinal. Desde 2021 hay una moratoria para no abrir nuevos locales, pero solo afecta a las nuevas peticiones de licencia, es decir los permisos anteriores se tienen que dar. "La calle no puede digerir más de 110 establecimientos", sentencia Alcoberro. Según Pere Mariné, representante de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB), Enric Granados, es la zona 0 de las terrazas de Barcelona. Desde que la calle se pacificó se ha ido convirtiendo "en un circuito de ocio nocturno" que se prolonga hasta las 04.00 o las 05.00 de la madrugada.
SE GANA MUCHO DINERO
Alcoberro dice que hay tramos de la calle peores que otros, en función del número de locales. Uno de los peores es de la plaza Letamendi hasta Provença. "Está parte está sobresaturada. Tanta acumulación de actividad no es compatible con un uso residencial", opina el portavoz de SOS Enric Granados, una plataforma que lleva siete años presionando al Ayuntamiento para que se tome el problema de la calle en serio. Según Alcoberro, detrás de la mayoría de locales no hay autónomos sino empresas que abren cuatro, cinco o seis establecimientos en la zona porque saben que se gana mucho dinero.
Según SOS Enric Granados, las dificultades para descansar son evidentes. "La gente bebe y grita en la calle, y hay un efecto rebote". "Hay vecinos que, si pueden, duermen en la parte trasera de las viviendas. Otros han abandonado la calle". A la larga, valora Alcoberro, habrá gentrificación. "Los vecinos envejecen y no hay una renovación. Creo que habrá una extinción del uso residencial". Alcoberro relata, incluso, las dificultades de una vecina para alquilar un piso de su propiedad a la altura de la calle de Mallorca. Esta persona tiene un piso en pleno centro, pero los posibles inquilinos se echan para atrás cuando ven con lo que tendrán que convivir.
PRESIÓN INSPECTORA, "A VECES DESPROPORCIONADA"
En opinión de Pallarols, los bares y restaurantes de Enric Granados han sufrido una presión inspectora muy importante, "a veces desproporcionada" tras unos meses de laxitud por parte del Ayuntamiento en toda la ciudad. El Gremi defiende que los establecimientos tienen que cumplir con las normas, y sostiene que desde el verano el volumen de infracciones que había en Enric Granados, a nivel general, se ha corregido. "La mayoría de negocios cumplen con las condiciones de la licencia".
DOS DE 1.500 EUROS CADA UNA
Restauradores de Enric Granados relatan inspecciones semanales, a veces hasta dos. Los establecimientos con los que ha hablado Metrópoli prefieren que no salga su nombre para no tener problemas con el Ayuntamiento. Uno de ellos ha recibido en el último mes y medio dos multas, cada una de 1.500 euros, por poner dos sillas de más a una mesa y por tener parasoles en la ampliación de la calzada. Otro explica que los técnicos municipales sobre todo miran que se cumplan los horarios y que las mesas se ajustan a la licencia.
El titular de un negocio reconoce que hay establecimientos que incumplen, tanto en aforo como en horarios, y asegura que pagan justos por pecadores. "Pedimos que se ponga el foco en los que cometen infracciones, no en el resto". Este empresario relata también que conoce casos de órdenes de cese de actividad. Considera que la culpa de que hayan abierto tantos establecimientos en la calle es del Ayuntamiento, "que no ha parado de dar licencias", y se pregunta por qué siguen abriendo más bares y restaurantes.
CRÍTICAS DE LA FAVB A LA PROPUESTA DE CONSOLIDAR LAS TERRAZAS
La Federación de Asociaciones de Vecinos y Vecinas de Barcelona (FAVB) se ha mostrado muy crítica con la intención del Ayuntamiento de consolidar las terrazas autorizadas durante la pandemia en toda la ciudad: hasta 3.600 veladores pueden pasar a ser definitivos. La entidad considera que el texto aprobado inicialmente abre la puerta a una gran proliferación de terrazas cuando Barcelona ya soporta "una de las tasas más altas de mesas por habitante del Estado". Según la FAVB, a nivel de ciudad, se vive un desbarajuste con incumplimientos generalizados y falta de soluciones efectivas, "que vulneran los derechos fundamentales, el descanso y la intimidad, y la igualdad de las personas con discapacidades visuales o con problemas de movilidad. Y la propuesta de modificación lo agravará" [ver aquí el comunicado de la FAVB].
El representante de la FAVB, Pere Mariné, dice que antes de la pandemia en Barcelona había unas 25.000 meses que con los más de 3.600 permisos extras de la pandemia han ascendido en otras 15.000. Según Mariné, la propuesta de consolidación, a través de la modificación de la Ordenanza, deja la puerta abierta a que hayan muchas peticiones para que estas terrazas se queden de forma permanente. Desde la FAVB no ven mal que las mesas y sillas bajen a la calzada pero entonces piden que las aceras queden libres. El temor de la FAVB es que a lo largo de 2022 se acaben consolidando en la capital catalana cerca de 50.000 mesas, una situación "inusual" en las ciudades españolas.
El Gremi de Restauració sostiene que la mayoría de ciudadanos son favorables a la restauración y a las terrazas y critica la obsesión de la FAVB a que Barcelona sea una ciudad paralizada. Pallarols pone en duda a cuántas personas representa la FAVB, así como SOS Enric Granados, la plataforma vecinal contraria al colapso en el que se ha convertido la pacificada calle del Eixample.
En Enric Granados, el Ayuntamiento ha dejado crecer un monstruo y ahora la solución es muy complicada.