Nuevo frente abierto entre Ada Colau y Ernest Maragall. Al conflicto por el presupuesto municipal, que obligó a ERC a cambiar el voto negativo por la abstención en las cuentas municipales de 2022 por el apoyo de En Comú Podem al presupuesto de la Generalitat, se suma ahora la negativa de los republicanos a avalar la modificación de la Ordenanza de terrazas para consolidar 1.400 terrazas que, según ERC, "debían ser provisionales" por la crisis de la pandemia.
Según el portavoz de ERC, Jordi Coronas, "no hay nada que justifique romper el consenso de 2018 -cuando se hizo una nueva normativa- ni hay nada que justifique la urgencia para hacer esta modificación ahora. No se han hechos los procesos de participación necesarios ni ha habido bastante diálogo". Coronas ha subrayado que tanto ellos como la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB) quieren que se quite las aceras el espacio de terrazas que se ha ganado en calzada, pero la enmienda ha sido rechazada.
UN 'NO' CON CARGA POLÍTICA
El No de ERC tiene una importante carga política. De nuevo, tendrán que ser los partidos de derechas los que apoyen una propuesta de Colau, como ya sucedió con el presupuesto municipal de 2022, que se pudo seguir tramitando por el voto favorable de Barcelona pel Canvi. Para Coronas, estas apuesta por liberalizar más las terrazas "es una liberazación más grande del espacio público" y supone un giro de un 180º en los planteamientos de los comunes. "Ya sabemos cuál es el modelo del PSC y de Jaume Collboni, pero pensábamos que no era el de los comunes", ha indicado.
En la proposición que defenderán, los republicanos pedirán al Ayuntamiento que se inspeccionen las mesas que los restauradores tienen instaladas, se controle el nivel de ruido y los horarios de funcionamiento. Coronas es partidario de que se denieguen las renovaciones de licencia en caso de que las condiciones de la misma se incumplan de forma reiterada.
SE IMPIDE EL DESCANSO DE LOS VECINOS
Según ERC, la presencia de terrazas a altas horas de la noche impide el descanso de muchos vecinos en numerosos distritos de la ciudad. "A pesar de que hay restauradores que cumplen con las normas, otros no lo hacen", sostiene Coronas.