Las peluquerías y centros de estética regentados por personal de origen chino que ofrecen servicios sexuales, el conocido masaje con final feliz, viven su segundo boom en Barcelona. Hace poco más de una década que empezaron a expandirse por la ciudad y tras un descenso a principios de esta década, han vuelto a proliferar, especialmente en algunas zonas, como los alrededores de la Sagrada Familia, de Arc de Triomf o el Eixample.

No todas las peluquerías regentadas por personal chino que anuncian masajes ofrecen el 'final feliz'. En 2010 se creó la Asociación Artesana China de Salones de Belleza de Catalunya, que luchó contra esta práctica y para eliminar estigmas. Gracias al empeño de esta entidad y a las denuncias presentadas por clientes, se pudo reducir el número de negocios que ofrecían sexo encubierto, pero en los últimos años han vuelto a despuntar.

Conforme proliferaron los centros que ofrecen el 'final feliz', aparecieron paralelamente blogs e hilos en foros en los que clientes valoraban su experiencia en distintos locales, la cual compartían con otros usuarios. De esta manera, sabían en qué negocios se ofrecía sexo y en cuales no o a qué masajista dirigirse para buscar estos servicios, pues en un mismo comercio una podía realizarlo y otra no.

El coste del masaje se lo queda íntegramente el local donde se ejerce, mientras que la “propina” por el 'final feliz' se la queda la trabajadora. El coste puede oscilar entre los 20 y los 10 euros si es con la mano. En caso de una felación, los precios son un poco superiores. Algunas masajistas también permiten que se les manosee mientras realizan el servicio sexual, al final del masaje.

“COMPETENCIA DESLEAL”

Desde el Gremi Provincial Artesà de Perruqueria i Bellesa de Barcelona lamentan la “competencia desleal” que ofrecen algunas de estas peluquerías, en las que además de ofrecer servicios sexuales encubiertos, tienen unos horarios más amplios y unos precios más bajos.

“Luchamos mucho para conseguir las 40 horas y ahora vamos para atrás, abren domingos y todo”, se queja Carlos Duran, vicepresidente de la entidad, en relación a este tipo de negocios. Desde el Gremio Artesano de Estética y Belleza de Catalunya, en cambio, prefieren no entrar a valorar este tipo de negocios, que consideran que no forman parte de su campo, al ofrecer un servicio diferente y sin titulación.

Carlos Duran también denuncia la falta de formación de los trabajadores de estas peluquerías y de ayuda por parte de las administraciones, que les han dicho que no pueden hacer nada contra estas prácticas.

Las redadas que se han producido en Barcelona contra el ejercicio encubierto de la prostitución no han servido de mucho, pues los agentes se encuentran con la dificultad de demostrar este tipo de prácticas. Los clientes tienen vergüenza y no lo reconocen y las trabajadoras guardan silencio hermético, con lo que carecen de pruebas para presentar denuncias.

DIFÍCIL ACCESO A LAS TRABAJADORAS

Desde el Servicio de Atención Socieducativa (SAS), dependiente del Ayuntamiento de Barcelona, reconocen el “acercamiento a las mujeres chinas es particularmente difícil por el tema lingüístico y cultural”. Pese a ello, señalan que se “están haciendo avances en esta línea para mejorar el acceso a las mujeres de origen chino”.

El SAS ofrece atención integral a las mujeres que ejercen la prostitución poniendo a su disposición todos los recursos propios, conveniados y los de la red municipal. Cuando los servicios sexuales se ofrecen en la calle, es más fácil identificar a las trabajadoras para asesorarlas u ofrecerles asistencia, pero cuando ejercen en locales el acceso es más complicado.  

 

[Esta es la segunda parte de un reportaje sobre las peluquerías y los centros de estética y masaje en Barcelona que ofrecen 'final feliz'. En la primera parte explicamos en primera persona cómo vive un cliente la experiencia].

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