“Nadie hace broma cuando va a cal notari”. Lo dijo Artur Mas cuando, años ha, firmó un papel delante de un notario, como candidato de la oposición, queriendo certificar que si llegaba a ser presidente de la Generalitat -cosa que acabaría siendo- jamás pactaría con el Partido Popular. “Lo hago para que la política catalana gane credibilidad”, fue su argumento. Y con él, quiso reflejar una evidencia: que lo que se firma ante un notario va a misa...
Todo esto viene a cuento porque el notario que dio fe de la rúbrica de Mas no era otro que Joan Carles Ollé i Favaró, actual presidente del Col·legi de Notaris de Barcelona, quien empieza a ser cuestionado por muchos colegiados a causa de sus veleidades independentistas. La razón es que, a partir de la publicación del 'Estudio sobre usos lingüísticos en las oficinas notariales de Catalunya' , realizado por la Plataforma por la Llengua, el Col·legi ha girado hacia el independentismo con la aquiescencia de Ollé.
Según el mentado estudio, el 68% de notarías catalanas no ofrece escoger catalán o castellano en la redacción de escrituras, frente al 32% que sí lo hacen. La entidad preguntó a 248 clientes de 53 notarías de toda Catalunya entre septiembre y octubre de 2017. Como conclusión, la vicepresidenta de la entidad lingüística, Mireia Plana, criticaba que el uso del catalán en las escrituras y documentos notariales “no se corresponde con la realidad de nuestro país".
Los notarios críticos con la política pro-catalanista de Ollé achacan la deriva del Col·legi a la influencia que tiene sobre éste el tesorero de la entidad, Joan Carles Farrés, quien ha promovido el catalán en el seno del colegio y que, desde 2010, organiza cursos de catalán y ha reforzado la información sobre derechos lingüísticos.
En cuanto al estudio de la Plataforma, consideran que se realizó sin aviso alguno, que se hizo 'de manera sesgada' y que no refleja la realidad.
Un sector importante de los notarios colegiados está molestos por esta tendencia catalanista y alegan que “somos funcionarios públicos del Estado, no de una autonomía”. Añaden que “hemos llegado hasta nuestros puesto por méritos y capacidad” y reivindican que no se les margine por un tema lingüístico.
“Hoy estamos en Barcelona, pero nuestro próximo destino puede ser cualquier parte de España”. Además, arguyen que obligar a emitir actas notariales sólo en catalán no ayuda a su trabajo, ya que “tenemos clientes de fuera de Catalunya, o de otros países”, y que “redactarlas exclusivamente en catalán complica nuestra labor”.
Los notarios críticos con Ollé alegan que éste dice ser neutral cuando habla oficialmente, pero que en la práctica es tendenciosamente catalanista. Le acusan, por tanto, de que el Col·legi se haya politizado en exceso y de que se haya alineado con las tesis independentistas.