Barcelona es la ciudad española, y europea, con mayores niveles de cocaína y MDMA en aguas residuales, según un estudio de la Unión Europea. En cambio, el consumo de anfetamina no es tan elevado como en otras ciudades como Amsterdam.
En Barcelona el consumo de cocaína se ha disparado en 2017 respecto al año anterior, pasando de 0,7 gramos por mil habitantes a un gramo. Si bien es cierto que París, ciudad que en 2016 era la que lideraba la clasificación, no se han conseguido datos actualizados, Amsterdam, que aparece la segunda, ha sufrido un incremento muy leve y apenas supera los 0,7 gramos por mil habitantes. Recordamos que estas cifras se refieren a los restos encontrados cada día en las aguas residuales, por lo que se entiende que el consumo es todavía mayor.
Desafortunadamente, Barcelona también lidera la clasificación de restos de MDMA en las aguas residuales, con cifras cercanas a los 0,05 miligramos de esta droga por cada mil habitantes. Aquí la subida no es tan importante como en París, que se sitúa segunda tras duplicar sus cifras con sólo un año de diferencia.
En cambio, en lo que respecta a la anfetamina, Barcelona aparece como la octava ciudad de las analizadas, siendo Dortmund y Amsterdam las que presentan mayores cantidades de esta droga en sus alcantarillas.
Lo mismo ocurre con la metanfetamina, de la que Barcelona aparece tercera con 0,05 gramos por mil habitantes y día, pero con una cuarta parte de la droga que se ha encontrado en la ciudad checa de České Budějovice por cada millar de vecinos.
COCAÍNA, LA DROGA MÁS CONSUMIDA
En Europa, la cocaína está disponible de dos formas: la más común es el polvo de cocaína (en forma de sal) y la menos común es el crack, que se fuma (base libre). La cocaína se produce a partir de las hojas del arbusto de coca y se cultiva casi exclusivamente en Bolivia, Colombia y Perú. Se transporta a Europa por diversas vías, como vuelos de pasajeros comerciales, flete aéreo, servicios de correo, vuelos en aviones privados, yates y contenedores marítimos. El valor mínimo del mercado minorista de cocaína en la UE se estimaba en 5.700 millones de euros en 2013.
En términos generales, la evolución del consumo de cocaína en España ha sido estable en los últimos años -algo que en Barcelona no pasa, pues se ha disparado-, aunque la prevalencia de estos estupefacientes entre los jóvenes españoles sigue siendo elevada, y se situó en cuarto lugar en la Unión Europea en 2015, el último año con datos disponibles, según el último informe anual del Observatorio europeo de las Drogas presentado este jueves en Bruselas. En toda Europa, 2,3 millones de jóvenes entre 15 y 34 años han consumido esta sustancia en el último año.
El análisis constata un aumento de los residuos de cocaína en 26 de las 31 ciudades analizadas en Europa. Las trazas más elevadas se registraron en España, Bélgica, Países Bajos y Reino Unido.
El informe ha sido elaborado por el Observatorio Europeo de las Drogas y Toxicomanías (EMCDDA), que tiene su sede en Lisboa, y que hace tres meses ya publicó un estudio similar que ahora se ha aumentado sobre el consumo de cocaína. Se trata del mayor proyecto de este tipo que se ha hecho hasta el momento y ha establecido el ranking gracias a los rastros que quedan en la orina tras el consumo de las drogas analizadas.