Hay tapón yendo hacia Hospital Militar y cuesta llegar al Camp de l'Aliga, en la plaza Alfonso Comín, s/n. Se ven banderas españolas flameando en cuerpos jóvenes, que pululan buscando un lugar para atisbar la pantalla gigante instalada en el terreno de juego. Pero ya no se puede acceder a la tribuna. De hecho, el partido ya ha empezado y gana Portugal (1-0). ¡Pero si acaba de empezar! ¿Qué me he perdido?
-¿Cómo ha sido el gol?
-Cristiano, de penal.
-¿Penalti y expulsión?
-No, sin roja.
Así que La Roja ya pierde, y encima ya no puedo acceder a la tribuna, donde 1.500 personas acreditadas (había que pedir el pase con antelación) llenan el aforo pactado con el Ayuntamiento de Barcelona. Gracias a la insistencia de los partidos políticos no independentistas, Colau y su equipo de gobierno han concedido un espacio, éste, para que los aficionados al fútbol y a la Selección Española puedan juntarse para disfrutar del espectáculo y jalear al equipo que les representa en el Mundial de Rusia 2018.
El Camp de l'Àliga es un campo de fútbol de titularidad municipal construido en 1991. Actualmente está gestionado por la Fundación Marcet. El campo tiene unas dimensiones de 101x63 metros y es de césped artificial, pero apenas una cuarta parte de la instalación ha sido habilitada para ofrecer el debut de La Roja frente a la Portugal de Cristiano Ronaldo en la olímpica Sochi.
Es decir: no se ha utilizado el césped para poner sillas frente al pantallón. Quizás la organización pensaba que no vendría tanta gente, pero si esto sigue así, si España continúa adelante en Rusia, quizás que habría que cambiarlo y dar más cabida al personal. Entre los de la tribuna -enfocados por cámaras de numerosos medios- y los que buscan cualquier resquicio de visibilidad -mientras varias dotaciones de los Mossos vigilan por su seguridad-, digamos que unos dos millares largos de personas han acudido a la cita.
Destaquemos que, al menos entre los que pululan buscando sitio fuera del recinto hay mucha juventud y muchas chicas que no solo siguen a sus ídolos, sino que saben de fútbo,l a tenor de sus acertados comentarios.
¿El partido? Un vaivén de emociones para los presentes. Las mismas que se habrán vivido en cualquier lugar en el que se hayan reunido aficionados en torno a una pantalla. El golazo de Costa es celebrado por todo lo alto, con la gente en pie y ondeando banderas. España va bien y domina la primera parte, pero... una cantada de De Gea le da el segundo a los portugueses. 1-2, y volver a remar.
A la media parte, el pueblo se dirige a los abrevaderos, dentro y fuera de la instalación. Hay que aprovisionarse para una segunda parte que promete, porque La Roja está convenciendo a pesar del resultado adverso.
En la reanudación ocurre lo que se deseaba: los jugadores de Hierro se 'comen' a una Portugal inoperante, y entre Costa y Nacho le dan la vuelta al marcador. El 3-2 del lateral madridista Nacho, el golazo que todos querríamos haber metido alguna vez, enardece el ambiente, y los gritos de '¡España, España!' hacen presagiar un final feliz...
Sin embargo, cuando mas cerca está el 4-2 definitivo, aparece de nuevo Cristiano. Una ¿falta? tonta de Piqué al borde del área pone el miedo en el cuerpo, y cuando el madridista ejecute y la clave por la escuadra, el escalofrío de decepción recorrerá toda la instalación. El portugués se va a ir con un 'hat-trick' marca de la casa: penalti, cantada del portero rival y golazo de falta. Él es así, y nadie olvida que este año ha vuelto a contribuir a que el Real Madrid ganase la 11ª.
Ya no queda apenas tiempo, pero se nota que la gente aprieta los puños en el Campo del Águila. Ni por esas. El árbitro pita el final y el luminoso marca un 3-3. No es mal resultado, pero, visto lo visto, sabe a poco.
-Bueno, habrá que golear a Marruecos e Irán para quedar primeros de grupo.
-Claro, pero ellos también pueden hacerlo.
-Ya veremos. Yo no he visto una gran Portugal...
-Pero si Cristiano las sigue enchufando así...
Próxima cita en el Camp de l'Aliga: España-Irán, miércoles 20 de junio, 20:00, Kazán.