Aunque los hombres del tiempo auguran que en dos días bajarán las temperaturas en este tórrido inicio de agosto, la alarma por la ola de calor que nos invade ha hecho tomar ciertas medidas de seguridad en los lugares más típicos de Barcelona, los más visitados por gran cantidad de turistas en verano.
Responsables municipales y de las agencias de viajes, que se encargan de los principales grupos de turistas que acuden a la ciudad por estas fechas, tienen órdenes para evitar que las altas temperaturas puedan producir lo que se denomina ‘golpe de calor’.
“Desde que empezó la ola de calor, tenemos que supervisar las visitas y prevenir convenientemente a los turistas”, explica Pol, uno de los encargados de la entrada Este del Park Güell –la que sube por la Carretera de El Carmelo. “En cuanto se dispararon las altas temperaturas, recibimos órdenes de estar más atentos con ellos: recomendarles, al comprar las entradas, que se hidraten constantemente, que se cubran la cabeza con sombreros y que se pongan crema solar”.
Hay que tener en cuenta que muchos de los que visitan Barcelona son asiáticos, con piel muy blanca y poco acostumbrados a las radiaciones solares. De hecho, no es difícil distinguir a grupos de orientales (especialmente japoneses) que deambulan por las calles protegidos por paraguas… no para la lluvia, sino para el sol.
“Además de recordarles todas estas instrucciones preventivas, contamos con una reserva de agua, gorros y cremas solares en el caso de que sean necesarios”, prosigue Pol. “Afortunadamente, aquí en el Park Güell apenas hemos sufrido un par de episodios problemáticos. Sin embargo, sí que tenemos constancia de que se han dado más casos entre la gente que va a visitar los bunkers de El Carmelo, los antiaéreos del Turó de la Rovira”.
El problema es que allí no existe un amplio cuerpo de oficiales, ni tampoco una zona con venta de entradas. Además, acostumbra a ir gente joven, desinhibida, que va a ver una Barcelona panorámica desde las alturas, tomando el sol... y otras cosas.
“Ultimamente han subido varias ambulancias hacia allí, porque hay gente que va a los bunkers a pasar todo el día, sin demasiada protección”, advierte Pol. “La ola de calor ha acabado provocando desvanecimientos”.
DESDE RUSIA, CON CALOR
También están actuando para la ocasión los encargados de hacer más placentera e interesante la visita de los turistas a Barcelona: los guías oficiales. Ellos han recibido recomendaciones por parte de las agencias para recordar a sus grupos que estamos en época de mucho calor, excesivo, y que conviene estar preparados para cualquier eventualidad.
“Tenemos especial precaución con quienes vienen de lugares fríos”, relata Tatiana, guía de turistas rusos (y de las ex repúblicas de la extinta URSS), de la agencia Amex Tour. “Acompaño a ciudadanos rusos, ucranianos, bielorrusos… Muchos de ellos no están familiarizados con este tipo de temperaturas, sobre todo los que vienen de más al norte como, por ejemplo, San Petersburgo –por cierto, mi lugar natal”.
Explica Tatiana que su agencia, a raíz de la ola de calor, les ha aleccionado sobre lo que podía pasar. “Recibimos instrucciones especiales para tratar a los turistas”, explica. “No es nada obligatorio, sino admonitorio. Tenemos que recordarles que estamos bajo una climatología peligrosa: que si ya sabían que en Barcelona iban a encontrarse con mucho calor, en este caso se trata de un calor extremo, por lo que conviene que se protejan adecuadamente. Les recomendamos hidratarse, beber constantemente, cubrirse la piel expuesta al sol y protegerse con sombreros cuando abandonan el autocar”.