No le importan las polémicas. “Sintecho, gay, rumano, gitano, ateo, anarquista, okupa y vegano que viaja sin destino”. El activista Lagarder Danciu, cabecilla del proyecto Casa Cádiz, tiene madera de líder y los que le conocen lo saben bien. Lucha por los derechos sociales y da voz a los más desfavorecidos en las redes sociales y fuera de ellas. Sin miedo a las represalias, este martes ha publicado una imagen –con el mensaje “fachas, jodeos”– que ha generado debate: tiene en sus manos un iPhone 8 Plus, valorado en casi 1.000 euros.
“Me lo ha regalado Jeroni Parera”, detalla en una conversación con Metrópoli Abierta. Este adinerado pensionista catalán, filántropo e involucrado en la solidaridad, leyó el libro de Danciu, Sin Techo, y le tocó la fibra. “De repente apareció aquí por sorpresa y me trajo un móvil”, explica con una sonrisa. No solo eso. Parera también ha donado dinero a la Casa Cádiz, espacio autogestionado que da cobijo a personas sin hogar, y participa en las actividades que organizan con los inquilinos.
ENGANCHADOS A LOS MÓVILES
Danciu sabe que el iPhone que lleva en las manos puede convertirse en un tesoro o una bomba. En reiteradas ocasiones se ha situado en el centro de la polémica por sus actitudes contra el sistema. Ahora contesta a los que él tilda como "fachas" luciendo un iPhone. “No me gusta que la gente pierda el tiempo con los móviles, estamos enganchados y tenemos que ser conscientes”, cuenta a este medio. “Les echo la bronca a los chicos cuando están mucho rato con las pantallas”, dice señalando a sus compañeros.
Él mismo reconoce que le da vueltas al asunto constantemente. “Cuando me voy a dormir pienso que he pasado un largo tiempo en Twitter, pero luego me doy cuenta de que sirve para dar voz a los que no la tienen”, comenta sobre su labor. “¡Ahora sacaré mejores fotos y vídeos!”, suelta en una carcajada.
CRÍTICO CON LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS
El joven que dejó su trabajo de profesor para ayudar a las personas más desfavorecidas sabe que el contexto ha cambiado. “Ahora hay televisiones en todas partes, pero no por eso tenemos que ver a Leo Messi. Cuando los chicos se ponen a ver fútbol, la apago. No podemos darle audiencia a una persona que cobra millones”, argumenta de forma coherente con sus principios.
“Vivir sin un techo fue una experiencia transformadora”, incide sobre su caso. Sin embargo, sabe que estar en la calle no le garantiza a cualquiera convertirse en buena persona. “Algunos, cuando salen de la calle, vuelven a ser los mismos insolidarios que eran”, relata.
IRRUMPE EN LOS ACTOS
Danciu –crítico con la gestión del gobierno de Ada Colau– se apunta a frenar cualquier desahucio. Tampoco tiene miedo a irrumpir actos contrarios a su forma de concebir el mundo. Hace unas semanas, en plena campaña electoral para las municipales, reventó un debate sobre vivienda para exigir derechos para los sintecho. Tal como publicó este medio, fue placado por el servicio de escoltas del Ayuntamiento y terminó ensangrentado. “Todavía tengo la herida”, explica mostrando el labio con la cicatriz de los puntos de sutura. “Pero no pararé”, zanja convencido.