Las imágenes son de esta misma mañana. Pero podrían ser de cualquier semana, pasada o, lo que es peor, futura. Es el parque infantil que se encuentra enclavado en una esquina de la plaza Salvador Seguí, en pleno corazón del Raval. Un recinto que comparte espacio con la Filmoteca, que se encuentra a apenas unos metros del parque.
Pero no siquiera el hecho de que sea un parque para disfrute de los más pequeños, ni que la presencia de un espacio cultural tan importante como la Filmoteca en la misma plaza, ha ayudado a solventar una situación que los vecinos llevan meses denunciando. Y no parece que se vaya a solventar a corto plazo.
BUEN TIEMPO, PEOR SITUACIÓN
Es más. Con la llegada de buen tiempo, los vecinos temen que la situación va a empeorar significativamente. Aumenta la presencia de extranjeros que llegan a la ciudad en busca de drogas, atraídos por la laxitud con que se ha tratado el tema en los últimos tiempos en Barcelona, y se hace más visible el problema.
Lo que los vecinos llevan reclamando desde hace meses a las administraciones, tanto al Ayuntamiento que preside Ada Colau como al distrito que dirige Gala Pin. es que presten más atención al barrio y se ponga mano dura a un problema que se les ha ido de las manos y que está afectando de manera muy importante a los vecinos que luchan para intentar mejorar la vida en el barrio.
Esta es una zona en la que la prostitución, la drogadicción, el narcotráfico y las peleas callejeras están a la orden del día, en la que las mafias se han adueñado de las calles y se enfrentan unas a otras en las calles por el control de esta o aquella esquina, zona o vivienda.
En el siguiente vídeo se puede ver como un toxicómano se pincha en el parque infantil y cómo queda el mismo parque casi cada día a primera hora de la mañana:
MIEDO E INSEGURIDAD
Los vecinos reconocen que tienen miedo. Y los que tienen hijos, que no se fían de dejar que sus hijos acudan al parque. Hay restos de sangre en el suelo, además de que podría haberse quedado alguna aguja tras el paso de los servicios de limpieza. Los vecinos reconocen que estos hacen un gran esfuerzo diario para adecentar la zona todo lo posible, aunque cualquier descuido supone un riesgo que no todos los padres están dispuestos a correr.