“Las emisiones generadas por los cruceros y los aviones son uno de los principales focos de contaminación de Barcelona y una de las causas más importantes de colapso climático del planeta. No se puede seguir ampliando el aeropuerto ni las terminales de cruceros. Al contrario: es necesaria una reducción valiente de la circulación en puertos y aeropuertos”. Este radical principio es el inicio de una intensa macrocampaña en contra del turismo masivo que recibe Barcelona y que han emprendido al alimón Ecologistes en Acció, el Sindicat de Barri del Poble Sec o la Assemblea de Barris per un Turismo Sostenible (ABTS), que agrupa a 26 organizaciones y plataformas, entre ellas varias asociaciones de vecinos de Barcelona. A la campaña se suman diversos sindicatos e incluso formaciones políticas como la CUP o sus cachorros de Arran.

Las organizaciones convocaron una manifestación este jueves, al término de la cual se leyó un comunicado. “Ya hace tiempo que hay consenso social en la ciudad sobre los daños sociales que provoca el turismo de masas en términos de expulsión de vecinos, explotación laboral, contaminación ambiental, desaparición de comercio, precarización vital, problemas de salud, saturación de calles y del transporte público…”.

Los activistas sociales y climáticos consideran muy negativo que el número de cruceristas creciese en el último año un 12%, el de vuelos en el Prat un 5% y el de turistas en la ciudad de Barcelona un 4,3%. Pero alertan de los proyectos de que las infraestructuras de Puerto y Aeropuerto crezcan un 40% en tres años. Según los antiturismo, Aena espera pasar de 50 millones de desplazamientos anuales en El Prat a unos 90 millones. Y alertan: “Es preciso parar los planes de expansión de sectores fuertemente implicados en la emisión de CO2, como es el caso de la industria turística”.

POR UN DECRECIMIENTO DEL SECTOR

Se impone, pues, la reclamación de una política de decrecimiento del sector . En Barcelona, los antiturismo quieren seguir los pasos de sus colegas mallorquines, que fueron los primeros en tomar la calle para dar a conocer un Manifiesto contra los megacruceros, cuya principal medida era reducir el número de cruceros a uno por día o a 4.000 cruceristas. Según los datos de los ecologistas mallorquines, “Palma es la segunda ciudad de Europa más contaminada por los cruceros, después de Barcelona, según la prestigiosa organización Transport & Environment”.

Crucero en Barcelona / HUGO FERNÁNDEZ



Cada megacrucero, aseguran, realiza descargas de aguas grises a 4 millas de la costa, generando “de 200.000 a 400.000 metros cúbicos de residuos. Un 24% del total de desechos sólidos que hay en los mares son generados por cruceros”. Por si fuera poco, apuntan que los megacruceros “contaminan el agua, funcionan con el fuel más barato del mercado que emite dióxido de azufre y partículas nocivas para la salud. Amarrados en el Puerto, utilizan un tipo de fuel menos nocivo, pero que supera 200 veces la contaminación que causa una autovía”.

LOS DATOS DE NABU

Ecologistas en Acción echó mano este mes de agosto del informe NABU sobre cruceros, que concluye que en los últimos años apenas se ha avanzado en la reducción de la contaminación de este tipo de transporte. La directora de política climática de NABU Hambgurgo, Malte Siegert, pidió en la presentación del informe, la modernización de los barcos. “Es un escándalo que aún veamos barcos con estándares ambientales que se remontan a décadas atrás”.

Fue precisamente en la presentación de ese informe donde se volvió a recordar que Barcelona y Palma “encabezan los destinos más contaminados del sector”. Y varias organizaciones europeas, entre ellas Ecologistas en Acción, pidieron, tras ese informe, “una regulación urgente que obligue a las navieras a sustituir el combustible pesado por combustibles marinos con un máximo de 0,1% de contenido de azufre”.

MEDIDAS QUE SE RECLAMAN

No es para menos. En el ránking de Transport & Environment, realizado el pasado mes de junio, se situaba a las dos ciudades españolas a la cabeza de la contaminación por cruceros, seguidas de Venecia, Civitavecchia (Roma) y Southampton. Y el informe daba unas recomendaciones a seguir: que la UE exima de impuestos “la electricidad de la tecnología de SSE [electricidad en tierra a la que se conectarían los barcos al entrar en puerto] durante un periodo transitorio y grave los combustibles fósiles de uso marítimo con un tipo equivalente”. Otra de las recomendaciones es imponer “una normativa de cero emisiones en los muelles de los puertos europeos, exigiendo a los barcos el uso de la SSE o el recurso a medidas alternativas”.

Y hay otro dato preocupante: en el informe quedó patente que sólo los barcos de Carnival Corporation & PLC en Europa “emitieron en 2017 diez veces más óxido de azufre, causante de enfermedades, que los más de 260 millones de vehículos de pasajeros que hay en el continente”. Para pensárselo.

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