Venecia sufre su peor inundación desde 1966
Han muerto dos personas y el patrimonio cultural de la ciudad se encuentra en peligro
13 noviembre, 2019 17:11Noticias relacionadas
Venecia, en alerta. La ciudad italiana sufre su peor inundación desde el año 1966. L'acqua alta ha provocado numerosos destrozos y ha acabado con la vida de dos personas.
La basílica de San Marcos está inundada; multitud de establecimientos, destrozados; decenas de góndolas han sido arrastradas a la riba y la ciudad ha quedado completamente paralizada. Pero lo peor es que ya han muerto dos personas por culpa de la impresionante inundación. Por descontado, el turismo ha bajado por miedo a las consecuencias de la inundación y las pérdidas para la ciudad ya son millonarias por culpa de esta catástrofe natural.
El gobernador de la región, Luca Zaia, habla de "una devastación apocalíptica", por eso ha pedido al Gobierno ayuda urgente y una declaración inmediata del estado de emergencia. Aunque muchos recen porque la situación vaya remitiendo, mañana se espera otra marea altísima de hasta 160 centímetros.
PROYECTO PARALIZADO
Luigi Brugnaro alcalde de Venecia desde el 2015 ha hecho un llamamiento al Gobierno italiano para concluir el megaproyecto de ingeniería que pretende proteger a la ciudad de las mareas altas. Este fenómeno es habitual en la ciudad, pero en menor medida. La reconocida plaza San Marcos suele inundarse, aunque sin afectar a los comercios próximos y sin bloquear a sus habitantes y los turistas.
La última vez que sucedió una inundación así fue el 4 de noviembre de 1966. Un viento superior al previsto se alzó empujando el agua del Adriático a la laguna de Venecia. Cuando l'acqua alta llegó a los 194 centímetros provocó serios daños en el patrimonio arquitectónico y artístico de la ciudad, uno de los más ricos y reconocidos de toda Italia.
EL TURISMO, LO MEJOR Y LO PEOR DE VENECIA
Los portavoces del gobierno de la ciudad de los canales temen que vuelvan a haber pérdidas tan brutales, ya que el principal activo económico de Venecia es el turismo. Es más el pasado mes de septiembre su alcalde propuso una nueva tasa de entrada para estancias sin pernoctación. Esta pretendía paliar los efectos negativos que aporta el turismo a la bella metrópolis.