Mejoran la comida en un comedor social tras la denuncia de Metrópoli
También se ha prohibido que se hagan fotos en el interior del lugar
2 diciembre, 2019 19:35Noticias relacionadas
El jueves pasado Metrópoli Abierta denunció que se servía comida de baja calidad y raciones poco abundantes en el comedor social del Casal de Gent Gran Pati Llimona. Este lunes, un usuario que ha acudido a comer al lugar indica que se han apreciado algunas mejoras.
“Los platos eran más abundantes y de más calidad. Hemos comido espaguetis y carne en salsa con patatas y la carne no estaba dura”, sentencia al hablar de una realidad que ya adelantó otra usuario a este diario. Desde el mismo comedor social le aseguraron que los platos mejorarían a partir de diciembre.
PROHIBIDO HACER FOTOS
Aunque no toda la información que ha surgido este lunes en torno al comedor social es positiva. Fuentes cercanas a la empresa de catering del centro cívico alertan a este diario de que la compañía se ha reunido con sus trabajadores para “pedirles que prohíban a los usuarios hacer fotos a la comida y que no dejen entrar a periodistas en los comedores sociales, porque se publicó una imagen de la puerta de entrada del comedor social de Pati Llimona”.
Se trata de una reacción con la que la empresa deja a entrever que no quiere que se vuelva a conocer en el exterior qué ocurre en el interior de este espacio del Gòtic. “Las cosas deben hacerse bien. Hay gente que no tiene dinero para ir a un restaurante ni comprar en el supermercado, pero todos debemos comer bien”, agregan fuentes cercanas a la empresa de catering, cuyo nombre no quiso compartir con este diario el Ayuntamiento de Barcelona.
TRES MESES DE CALIDAD BAJA
La semana pasada Metrópoli Abierta habló con cinco personas, entre los cuales figuran cuatro usuarios y una exusuaria. Denunciaron que, desde hacía unos tres meses, les servían en el comedor social pésimos platos como “arroz duro”, tortilla que “parece de plástico”, “sopa con gusto a agua y con cuatro fideos” o "piezas de carne tan duras" que muchos ancianos no podían masticar con la dentadura, entre otros.
“He llegado a coger asco a la comida. A veces no quiero ir”, sostenía indignada una mujer al hablar de unas malas prácticas que también se materializaban en la poca abundancia de las raciones. "Son para niños. Nos pueden servir medio trozo de pescado, media patata o media manzana hervida de postre. Y la verdura, casi ni la ves. Solo nos sirven un puñadito”, agregó.