Un nuevo fenómeno ha surgido en Barcelona: cambiar una habitación por relaciones íntimas con el propietario o propietaria. Una oferta y demanda es fruto de la subida del precio de los alquileres en la ciudad y el área metropolitana.
"Se trata de algo nuevo, muy desesperado. Un nuevo formato que no habíamos visto y que se explica por la desesperación de las clases más bajas y de la clase media para llegar a fin de mes", ha contado a Crónica Global un intermediario de alquileres, que ha optado por hablar bajo anonimato.
"SIN SEXO, SOLO CONVERSACIÓN"
Un ejemplo de esta tendencia es el caso de Juan, que vive en Vilanova i la Geltrú (Barcelona). Ofrece una habitación gratis en su piso con ciertas condiciones. La nueva inquilina debe ser una chica de entre 22 y 38 años y darle compañía. "Sin sexo, solo conversación [...], pues estoy solo y soy divorciado. A lo mejor pido alguna masturbación con tus manos de vez en cuando", ha apuntado a Crónica Global.
Jessy, una mujer transexual de Barcelona, se encuentra en el otro extremo de esta realidad. Cambia "habitación por sexo" porque "no tiene dónde vivir". Se describe como "amiga y muy tranquila" para los arrendadores.
SIN QUERERLO
Por otra parte, la barcelonesa Mariluz se ha encontrado con este fenómeno sin quererlo. La mujer de 60 años, que busca una casa compartida, colgó un anuncio en el portal Milanuncios donde ofrecía "compañía, limpieza y mantenimiento". Ha señalado al mismo rotativo que lo hizo "con buena voluntad", porque había compartido vivienda con una señora de 92 años a quien cuidaba y daba conversación y cariño a cambio de vivir en su casa.
"Poner la palabra compañía fue mi error. Eres el enésimo que me llama pensando que ofrezco sexo para tener un techo. Y mira, no, resulta que tengo pareja. Debe ser la naturaleza o algo, pero el móvil no para de sonar", ha lamentado desde el otro lado del teléfono.