Barcelona se llena de arquitectura contra los sintecho. Arrels Fundació, una de las entidades de la ciudad más importantes en la atención de las personas sinhogar, denuncia una proliferación de "arquitectura hostil" para impedir que alguien haga uso o se instale en una zona del espacio público que considera segura, como unos porches o la entrada cubierta de un edificio.

Arrels ha elaborado un mapa con 118 emplazamientos -muchos de ellos en Barcelona- en los que las personas sintecho no son bien recibidas [ver aquí]. "¿Imagináis tener que vivir en la calle y que cuando llegáis al espacio dónde dormís con más seguridad han puesto una valla, barrotes o bolas de hormigón?, se pregunta la entidad en un hilo en Twitter. Aunque no es una situación nueva, Arrels afirma que una decena de ciudadanos sin casa se han visto afectados por este problema las últimas semanas.

Bolas de hormigón para impedir el acceso a personas sintecho / ARRELS



VULNERACIÓN DE DERECHOS

Arrels pone varios ejemplos recientes de "arquitectura hostil" con los sintecho, desde unos adoquines para impedir que alguien pernocte bajo la cubierta de un edificio, a vallas que cierren el acceso a unos porches y bolas de hormigón para imposibilitar que nadie se tumbe. "Las bolas de hormigón o las vallas trasladan el problema y vulneran derechos. La arquitectura hostil no es la solución, ni en los espacios privados ni en los públicos, ni en Barcelona ni en ningún lugar", subraya la entidad.

Una zona de un edificio con adoquines para impedir que se instalen personas sintecho / ARRELS



Aunque en muchas ocasiones este tipo de mobiliario se pone en espacios privados con el objetivo de expulsar a los sintecho sin necesidad de echarlos, en distintas ciudades -incluida Barcelona- las administraciones públicas optan por un tipo de mobiliario en calles, parques y jardines que impida que alguien pueda dormir. Por ejemplo, cada vez es más habitual ver sillas individuales que bancos. Y si se instalan bancos se hacen con separadores para que nadie se estire.   

SIN MEDIDAS RESTRICTIVAS POR PARTE DEL AYUNTAMIENTO

Fuentes municipales aseguran que el Ayuntamiento vigila para que los diferentes elementos que componen el espacio público "garanticen un correcto uso sin aplicar soluciones restrictivas, defensivas u hostiles". El consistorio defiende que los elementos sean inclusivos y asegura que se seleccionan siguiendo criterios de accesibilidad, funcionalidad, sostenibilidad, economía, visión de género y diseño. El nuevo mobiliario urbano, especialmente sillas y bancos, es sometido a una prueba piloto durante un año. 

Vallas en la plaza de Castella de Barcelona / ARRELS



"El Ayuntamiento no contempla la utilización de mobiliario hostil o defensivo y apuesta por soluciones concretas en relación a conductas incívicas". Así, establece, en caso de que sea necesario, estrategias generales como puede ser la reubicación del mobiliario, el refuerzo de la iluminación y la mejora de la visibilidad y la accesibilidad en los espacios", afirman fuentes municipales. El consistorio no cree en medidas restrictivas para corregir un mal uso del mobiliario y los elementos urbanos y apuesta más por campañas de sensibilización y la participación de servicios sociales.    

Sillas en la plaza del Duc de Medinaceli de Barcelona / ARRELS



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