Decenas de jóvenes protagonizaron el pasado 18 de diciembre una nueva fiesta en la casa okupa Tres Lliris de Gràcia. Al menos tres vecinos presentaron una queja al Ayuntamiento de Barcelona por el ruido del jolgorio. El gobierno de Ada Colau ha retirado el permiso de actividad a los integrantes de la okupación por incumplir los términos acordados con los comunes en 2017 y prepara su desalojo.

La fiesta, anunciada en las redes sociales, consistía en organizar un quinto, un juego catalán parecido al bingo. Se convocó a las 12:00 y se prolongó hasta las 21.30 horas. Fue sobre las 17.30 horas cuando el encuentro, con una cincuentena de personas, empezó a subir de tono. Un vídeo muestra a decenas de personas bebiendo cerveza, gritando y cantando en la terraza de la antigua comisaría de la Policía Nacional, en el número 17 de la calle de Nil Fabra.

SIN MASCARILLAS

El cartel de la fiesta recordaba las medidas contra el coronavirus (mascarilla, lavado de manos y distancia de seguridad). Durante el transcurso del guateque los jóvenes se movían de mesa en mesa, entrando y saliendo del edificio con cerveza en la mano.

Los participantes formaban grupos de entre cuatro y hasta 10 personas en una sola mesa, según relata un vecino. Muchos no llevaban mascarilla y se abrazaban durante el frenesí fiestero. Los jóvenes corearon canciones como los Segadors, el himno oficial de Cataluña, estrechamente vinculado al independentismo.

"Durante la pandemia siempre hemos respetado las medidas dentro del casal. Usamos gel y mascarilla cuando vamos al lavabo y todo el mundo se sienta en mesas de cuatro personas, separadas entre ellas, como en cualquier espacio de socialización", señalan fuentes de Tres Lliris.

SIN PERMISO DE ACTIVIDAD

Los residentes recuerdan que el Ayuntamiento firmó una orden de cese de actividad al entender que los okupas incumplieron las condiciones pactadas en 2017, dos años después de instalarse en este gran edificio, ubicado a unos metros de la plaza de Lesseps.

El pasado 4 de diciembre la Fiscalía Provincial de Barcelona archivó una denuncia de cinco vecinos que se quejaban de las fiestas continuas y la supuesta inacción del gobierno de Colau a la hora de responder a sus quejas.

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