Buenas noticias para las salas de conciertos. El sábado 12 de diciembre la Sala Apolo de Barcelona hizo un concierto y ninguno de los 463 asistentes se infectó de coronavirus. Las personas se sometieron a pruebas de antígenos y PCR antes del espectáculo para validar los test rápidos como estrategia para posibilitar la celebración de conciertos.
El público se hizo una prueba PCR ocho días después del concierto para comprobar la efectividad de las medidas de seguridad implementadas y el resultado fue óptimo. Los responsables del estudio PRIMA-CoV –un ensayo clínico aleatorio–, organizado por Primavera Sound y la Fundación Lucha contra el SIDA y las enfermedades infecciosas, aseguran que son unos resultados "muy positivos" para futuros eventos en recintos interiores.
SIN DISTANCIA DE SEGURIDAD
Los autores del trabajo celebran que se ha demostrado la utilidad de las medidas de seguridad implementadas. En el concierto no había distancia entre los asistentes y podían beber, fumar, cantar y bailar en zonas muy delimitadas. No obstante, todas las personas llevaban una mascarilla homologada N95, que se les facilitó en la entrada.
En la sala donde se hizo el estudio se delimitó un espacio para fumadores, se optimizó la ventilación en las salas interiores y se controló la calidad del aire y la temperatura durante el evento. El concierto duró aproximadamente tres horas y hubo cuatro actuaciones.
CREDIBILIDAD DEL 95%
En el estudio PRIMA-CoV participaron 1.047 personas sanas y sin patologías de riesgo. Separaron al público en un grupo control de 496 personas que se quedó fuera y otro grupo de 463 que entraron al concierto.
Pese a que entre el público del interior de la sala no hubo ningún contagio, en el grupo control (exterior) se detectaron dos positivos en la PCR posterior. Este dato demuestra, según los investigadores, que se pueden crear entornos seguros para la realización de eventos físicos sin distancia social con un intervalo de credibilidad del 95%.
ESPERANZA PARA OTROS SECTORES AFECTADOS
Los autores del estudio confían en que el ensayo se realice en actos de otros sectores afectados por las restricciones sanitarias.
Además de suponer un punto de partida para los “conciertos seguros” durante la pandemia, la prueba piloto de Apolo es un foco de esperanza para los grupos más perjudicados por el coronavirus.