Decenas de las nuevas terrazas de bares y restaurantes autorizadas por el Ayuntamiento no se utilizan. Un paseo por las calles de Barcelona permite ver un número importante de instalaciones, muchas de ellas en la calzada, sin mesas ni sillas y con la persiana del establecimiento bajada. En otros casos, el local está abierto -las horas que puede-, pero hay tan pocos clientes que la terraza ni se monta. Hay zonas que son un gran desierto de cemento.
Según el último balance municipal, en la ciudad, desde el inicio de la pandemia, se han permitido 3.129 veladores [ver aquí la nota de prensa municipal]. Dos de cada tres son ampliaciones y el resto son nuevas implantaciones. El consistorio no ha contestado si conoce el número de terrazas que no se usan y si se hace alguna cosa con ellas. Las fuentes del área de Janet Sanz han remitido a Metrópoli Abierta los datos facilitados en diciembre.
terraza vacía, en un chaflán de Barcelona / METRÓPOLI ABIERTA
Según el director general del Gremi de Restauració, Roger Pallarols, si muchas terrazas no se usan es porque los negocios están cerrados. Pallarols dice que, desde el pasado 21 de diciembre, cuando se decretaron los "restrictivos" horarios, muchos locales dejaron de funcionar. "Cayó el negocio y desaparecieron", sentencia Pallarols, que es de la opinión que solo una "pequeñísima parte" de establecimientos abiertos no usan la terraza. Este martes, el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya ha decretado que los horarios de bares y restaurantes sigan limitados.
"UN AGUJERO DE UN AÑO"
El Gremi de Restauració calcula que alrededor de un 20% de los negocios de restauración ha cerrado a raíz de los efectos de la pandemia. "Llevamos un agujero de un año". El problema, explica, es que ahora, con las actuales restricciones, es casi imposible hacer una radiografía real de cuántos locales se han clausurado de forma definitiva. "Puede que haya muchos que bares y restaurantes que con la limitación de horarios hayan optado por cerrar temporalmente porque no les sale a cuenta abrir. Hasta que haya una relajación de la medidas no se podrá saber cuántos han bajado la persiana definitivamente".
Pallarols critica la actual limitación horaria, aunque recientemente se ha prolongado una hora para los desayunos y otra para las comidas, hasta las 10.30 y las 16.30 horas, respectivamente. Pero el director general del Gremi y exregidor de Comercio del Ayuntamiento lo ve insuficiente: "Hay muchas personas que aquí desayunan entre las 10.00 y las 11.30 horas. Los negocios siguen sin poder funcionar durante las tardes y las noches".
UBICACIONES QUE NO SE QUIEREN
También se dan casos de establecimientos que discrepan del espacio que les ha dado el Ayuntamiento y casi no lo utilizan. Éste es el caso, por ejemplo, de un bar del Eixample que lleva tiempo reclamando al Ayuntamiento poder instalar una terraza en un chaflán y ni siquiera ha recibido respuesta municipal. A los titulares de este negocio, el consistorio solo les ha permitido habilitar un espacio en la calle colindante al local en el que caben un par o tres de mesas.
Sobre situaciones como la descrita, en la que los empresarios estén descontentos por los lugares asignados, Pallarols se pongan en contacto con el Gremi de Restauració para evaluar la situación y buscar, si se puede, una mejor ubicación. Pallarols recuerda que el Ayuntamiento está haciendo una auditoría de las terrazas para comprobar que mesas y sillas en calzada están colocadas correctamente. En diciembre se habían revisado un millar, y la mitad estaba bien instalada. En el resto se han detectados aspectos a mejorar, como protecciones erróneas, problemas en el diseño o incumplimientos.
MÁS DENEGACIONES EN CIUTAT VELLA Y GRÀCIA
Pallarols espera que a las 3.129 ya permitidas se puedan sumar otras 300 procedentes, en su mayoría de denegaciones anteriores. Del periodo extraordinario habilitado por el Ayuntamiento para solicitar una terraza, el director general del Gremi de Restauració estima que habrá un aumento "residual". En el balance de diciembre, el consistorio había denegado 1.074 peticiones, la mayoría por no tener espacio o por ubicación.
Pallarols explica que la mayoría de vetos se produjeron en Ciutat Vella y Gràcia, donde ahora se están centrando una parte de las negociaciones con el Ayuntamiento. Según el alto cargo del Gremi, el trabajo con el consistorio es lento pero constructivo. "El talante es constructivo", insiste, aunque reconoce que, en muchas ocasiones, los procesos son muy lentos. "Cuesta mover la maquinaria municipal".
MÁS DE 4.000 PLAZAS DE APARCAMIENTO PERDIDAS
La instalación de las terrazas ha comportado la desaparición de unas 4.000 plazas de aparcamiento en el conjunto de la ciudad. Se trata de estacionamientos para coches (ya bien sean de área verde o azul), zonas de carga y descarga y emplazamientos para motos, según los datos facilitados por el Ayuntamiento.
El abogado Daniel Vosseler, que fue precandidato a la alcaldía de Barcelona en 2019 y se quiere volver a presentar en 2023, sostiene que el Plan de Movilidad municipal no tiene en cuenta al vehículo privado. Si bien reconoce que la ampliación de las terrazas son beneficiosas para los restauradores, considera que las instalaciones por las que se ha optado son "infraestructuras delirantes" que lo que buscan es quitar espacio a coches y motos sin dar una alternativa. "Es un imposición ideológica", concluye.