Albert Gort tiene 47 años y lleva tres y medio durmiendo en las calles de Barcelona. Esta noche, posiblemente la pasará en la zona del Aquarium, pero aún no lo tiene claro, porque va variando de lugar. “Lo más probable es que duerma allí, pero me voy moviendo asiduamente por presión policial o por seguridad. Quizá estoy en un asentamiento y llega gente problemática, entonces me voy y busco un lugar que me aporte tranquilidad. Otras veces si me encuentro algún conocido y me dice que duerma con él voy. Es muy importante cuando te encuentras en esta situación estar acompañado”, explica en conversación con Metrópoli Abierta. Él es una de las 40 personas sin hogar que se ha organizado para crear un sindicato que les represente, el Sindicato de Personas Sin Hogar de Barcelona, que se ha presentado este jueves en la plaza de Sant Jaume.

CREAR UNA MESA DE TRABAJO

Gort, que también es el portavoz del sindicato, explica por qué han decidido impulsarlo: “Estamos cansados de esperar soluciones y decidimos movernos para pedir medidas urgentes”. Entre estas medidas, recogidas en un comunicado que han leído a las puertas del Ayuntamiento de Barcelona y el Palau de la Generalitat, destacan la necesidad de reunirse con estos dos organismos. El objetivo es “crear una mesa de trabajo” que reúna a “personas sin hogar organizadas y otras plataformas o fundaciones que trabajen con personas sin hogar”, para elaborar un “plan de choque” que sirva para “erradicar el sinhogarismo en Barcelona”.

Presentación del Sindicato de personas sin Hogar este jueves en la plaza de Sant Jaume / Sindicat Sense Llar Barcelona



Desde el sindicato consideran crucial que no cierre “ninguno de los pocos recursos” que tienen ahora mismo como albergues o servicio de duchas, que se deje de aplicar la ley de extranjería y “se paren, hoy mismo, los operativos racistas policiales y se cierre el CIE”, así como que se detengan los desahuciados. En ese sentido, recuerdan que muchos de ellos fueron desahuciados.

LA HISTORIA DE ALBERT

Cada uno tiene su propia historia particular, pero como recalcan en el comunicado, nadie quiere estar en la calle. “Yo me encuentro en esta situación por problemas personales. Sufrí una estafa inmobiliaria y me encontré de un día para otro en la calle”, explica Albert a este medio. Según relata, decidió mudarse de un pueblo cercano a la ciudad porque hacía un voluntariado deportivo y le iba mejor vivir aquí. También porque quiso cortar la relación con sus allegados por problemas familiares. Pero dos días después de llegar a Barcelona, se encontró con que la persona con quién había contactado para el piso le había timado; en realidad el inmueble no era suyo, sino que lo había okupado.

Desde entonces no ha vuelto a tener un hogar. “Los pocos momentos en que he podido vivir bajo un techo ha sido gracias a algún conocido que en algún momento puntual me ha hecho un favor, pero la realidad es que no he tenido la oportunidad de saber qué es disfrutar durante una semana de una vida digna”, apunta.

Asentamiento de personas sin techo en el Port del Fòrum/ ELISABET GONZALEZ



Antes de encontrarse en estas circunstancias, Albert había trabajado en distintos sectores. “Como mucha gente he tenido trabajos muy variados. Me he dedicado a la logística y distribución, he trabajado en el mundo del espectáculo de noche, en la construcción y en las artes gráficas”, comenta. Precisamente debido a uno de estos empleos, se vio envuelto en una situación complicada. Ocurrió cuando trabajaba en una empresa de vigilancia que operaba en un centro comercial. “A raíz de una presión por parte de la empresa de no respetar los horarios ni los descansos, caí en una depresión muy fuerte y estuve un tiempo de baja hasta que me echaron. No salía de la depresión y me diagnosticaron un problema de salud mental, pero desde hace poco estoy solicitando las ayudas para poder salir adelante”, explica a este medio.

Pero las ayudas son escasas. Por eso, desde que se encontró en esta situación, lucha para que eso cambie. “Cuando llevaba un mes viviendo en la calle me sorprendieron tanto las carencias por parte de los servicios sociales que me dediqué al voluntariado social y estoy arraigado en muchas fundaciones. He dado charlas, he participado en mesas redondas y conozco los números reales de la situación”, explica. 

1.239 PERSONAS SIN TECHO

Según los últimos datos municipales, en Barcelona hay hasta 77 asentamientos repartidos por la ciudad y la indigencia es el día a día de al menos 1.239 personas en la capital catalana, según el último recuento a pie de calle de Arrels Fundació, dedicada a la atención de personas sin hogar. Una situación que da lugar a trágicos acontecimientos, como lo fue el intento por parte de tres neonazis de quemar vivo a un hombre sin hogar o la muerte de dos personas sin techo durante el temporal Filomena, que fallecieron por hipotermia. Pero no son los únicos indigentes que han muerto recientemente en la ciudad. Hasta 27 personas que vivían en las calles de Barcelona fallecieron en 2020, según datos de Arrels.

Tiendas de personas sin hogar en el Fòrum / GUILLEM ANDRÉS



Tiendas de personas sin hogar en el Fòrum / GUILLEM ANDRÉS

NINGUNA PERSONA SIN HOGAR

En este contexto, el sindicato apunta a algunas posibles soluciones para que esto no ocurra. “En Barcelona hay decenas de miles de pisos vacíos, la gran mayoría de bancos, fondos buitres y grandes tenedores, y ahora, con la crisis social generada por el covid, también miles de pisos turísticos vacíos y centenares de hoteles cerrados y algunos tapiados. No se entiende de ninguna de las maneras, que las instituciones nos estén dejando morir de frío, o bien porque recibimos un ataque fascista, o por cualquier otro motivo”, señalan, a lo que añaden que son conscientes que para llevar a cabo algunas de estas medidas se necesitan muchos recursos, pero que es precisamente lo que piden, más recursos. Por ello, denuncian que no se explica que haya gente sin casa y casas sin gente, y que lucharán hasta que no haya ninguna persona sin hogar en la ciudad.

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