El Gremi de Restauració de Barcelona ha valorado positivamente la suspensión de licencias de macrococinas decretada por el Gobierno municipal, y que se extenderá durante un año, ha informado este viernes.

"Estamos ante un nuevo modelo de negocio que la pandemia ha catapultado; requiere una reflexión serena en relación a los criterios de implantación en trama urbana, especialmente en el caso de una ciudad tan densa como Barcelona", ha expresado el director del Gremi, Roger Pallarols.

REGULACIÓN DE LAS 'DARK KITCHEN'

Ha convenido en que las cocinas secundarias y anexas "pueden llegar a ser útiles cuando sirven para fortalecer establecimientos tradicionales con servicio de sala", pero ha dicho que, incluso en estos casos, se debe determinar una superficie máxima y requisitos de implantación.

Pallarols ha afirmado que este modelo de entrega a domicilio "puede ser útil cuando lo realizan emprendedores de forma temporal", ya que permite testear propuestas gastronómicas y comerciales antes de impulsar la inversión que supone abrir un establecimiento tradicional.

"Tenemos un año por delante para consensuar una regulación específica; debemos determinar si ya tenemos una licencia que se ajuste a los parámetros de esta actividad y que aporte soluciones a las molestias que puedan generar, o si hace falta crear una nueva", ha añadido.

ESTABLECIMIENTOS AFECTADOS

En una rueda de prensa este viernes, la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, y el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, han explicado que la suspensión afecta a establecimientos de platos preparados con obrador y cocinas industriales sin degustación.

Las macrococinas han crecido en la ciudad a raíz de la pandemia y el confinamiento, con nuevos locales en los que se instalan entre 25 y 40 cocinas para elaborar y repartir comida a domicilio, lo que genera ruidos, olores, humos, vibraciones y afectaciones a la movilidad.

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