El Ayuntamiento de Barcelona ha borrado unas pintadas contra la alcaldesa Ada Colau realizadas sobre unos bloques de hormigón en la calle de Balmes, en el lugar que un joven motorista de 28 años perdió la vida el pasado diciembre. Los mensajes contrarios a la edil de Barcelona en Comú aparecieron el sábado por la tarde tras una protesta de varios grupos ciudadanos que denunciaban la gestión de su gobierno municipal y que terminaron en un pequeño homenaje a Martí Estela.
Un grupo de personas depositó velas sobre los bloques amarillos New Jersey y un casco blanco con pintura roja por encima. Desde este martes, el casco, junto a las pintadas habían desaparecido. "Habitualmente, los equipos municipales retiran las pintadas en lugares que no están permitidas", informa una portavoz del Ayuntamiento.
MALESTAR
El homenaje se realizó al finalizar la protesta anticolau, que agrupó a unas 200 personas. La marcha se desconvocó a las 20.00 horas y un grupo de asistentes colocó el casco y realizó las pintadas. En la manifestación participaron los colectivos Anti-Colau, Anti-Colau la destructora de Barcelona, Fora Colau, On vas Barcelona (Stop Colau), Salvem la Diagonal y Unió de Comunitats de Propietaris de Sant Martí y Ciudad Virtual, entre otros.
Fuentes de este movimiento ciudadano expresaban este martes su "malestar" por la eliminación de los mensajes en solo dos días. Las políticas de movilidad del Ayuntamiento ha sido una de los piedras angulares de la denuncia de estos grupos ciudadanos que en las últimas semanas han protagonizado dos manifestaciones que han reunido centenares de personas.
Las pintadas en el mobiliario urbano están prohibidas por la Ordenanza de civismo y, por tanto, pueden ser multadas por la Guardia Urbana. Normalmente, el Ayuntamiento las permite -la ciudad está llena de ellas- y solo las retira si las considera ofensivas. Cada año, el Ayuntamiento invierte 4,6 millones en el borrado de grafitis.
EL CASO DEL REY EMÉRITO
El último episodio polémico -aunque no el único- vivido en Barcelona fue por el borrado de un grafiti contra el Rey emérito en un muro del parque de les Tres Xemeneies. Los servicios municipales quitaron una pintada en la que se calificaba a Juan Carlos I de ladrón, asesino de elefantes, chorizo y hijo putativo de dictador, entre otros calificativos.
Marc Serra y Eloi Badia, concejales de Barcelona en Comú, culparon a Albert Batlle -como máximo responsable de la Guardia Urbana- por haber sacado la pintada, aunque después el consistorio lo negó. La propia Colau criticó la actuación y dijo que revisaría los protocolos municipales porque entendía que se trataba de un libre ejercicio de libertad de la expresión.