El Ayuntamiento de Barcelona insiste en la reducción del número de palomas a través del suministro de pienso anticonceptivo. El área que encabeza la teniente de alcaldía Laia Bonet acaba de adjudicar un contrato por valor de 104.985,64 euros a la empresa Zooethics Ethical Animal Projects SL para el control de la población de estos animales durante los próximos ocho meses y medio. La oferta pública es prorrogable por el mismo periodo de tiempo, lo que eleva el valor del contrato a 203.446,67 euros [ver aquí].
El citado contrato es para el suministro de maíz con nicarbazina, un fármaco veterinario que provoca una infertilidad reversible en las hembras si se deja de dar. El consistorio introdujo este método de control en 2017 y, desde entonces, el número de palomas se ha reducido a la mitad allí donde se ha actuado, principalmente en plazas y zonas verdes. De unas 3.800 palomas contabilizadas en 2017 en unos 50 espacios se pasó a mediados del año pasado a 1.865. Actualmente, hay 51 dispensadores automáticos –aunque en el pliego del contrato se habla de 44– de pienso en 47 zonas de la ciudad. El tratamiento con nicarbazina se suministra a primera hora de la mañana.
ENTRE 88.000 Y 117.000 PALOMAS
El último recuento global de palomas en Barcelona data de 2017. Entonces se estimó que la ciudad podía tener entre 88.000 y 117.000 palomas. La directora de servicios de derechos de los animales del Ayuntamiento, Carme Maté, valoró el pasado verano que en la capital catalana hay entre 1.300 y 1.700 palomas por kilómetro cuadrado, cuando lo ideal sería que hubiera entre 300 o 400 por kilómetro cuadrado. Tras una reducción a la mitad de la población de palomas, allí donde se ha actuado, se espera que en 2022 se pueda llegar a una disminución del 71,5%.
La superpoblación de palomas es un problema importante en algunos puntos de Barcelona. En La Boqueria, por ejemplo, los comerciantes están cansados de los excrementos que dejan en un equipamiento de venta de productos frescos de alimentación y han pedido al Ayuntamiento que actúe de una forma más contundente y las mate. En Barcelona, deterioran el mobiliario urbano, el patrimonio arquitectónico y la vegetación. Hace unos días, Metrópoli explicaba el caso de un bar del Camp de l'Arpa del Clot que no podía utilizar la terraza en calzada por los excrementos de estos animales. Las palomas también pueden ser transmisoras de enfermedades a los humanos (zoonosis).
LAS PALOMAS SE MUEVEN POCO DE UNA ZONA
Según explicaba en enero a este medio Alexis Calvo, de la asociación animalista Corazón de Paloma, estas aves "tienen un radio de acción", pero no se mueven en exceso, de ahí que sea relativamente fácil actuar en una zona con superpoblación. "Una paloma que está en El Eixample hoy, mañana no estará en Vallcarca". El Ayuntamiento actúa en estos puntos críticos, muchas veces tras recibir quejas vecinales. No en todos los dispensadores se pone nicarbazina, sino solo maíz, y en esos casos el número de palomas no solo no ha disminuido sino que ha aumentado un 11%, afirma el consistorio.
Con anterioridad, en Barcelona las palomas se exterminaban. Un estudio del Museu de Ciències Naturals determinó que entre 1991 y 2006, la Agencia de Salud Pública de Barcelona eliminó más de 227.000 palomas. "Simplemente se capturaban con red, se gaseaban, mataban e incineraban”, denunció Calvo. Este método no ayudó a reducir la población y se siguió aplicando de forma generalizada hasta 2015.
PRUEBA PILOTO EN SANTS CON EL GOBIERNO DE XAVIER TRIAS
El control de la población a través del pienso anticonceptivo lo implantó en Barcelona el gobierno de Xavier Trias, con una prueba piloto en Sants que funcionó muy bien. Tras el cambio de gobierno, en 2015, la asociación Corazón de Paloma y el Il·lustre Col·legi de l'Advocacia de Barcelona se unieron para convencer al Ayuntamiento de generalizar el nuevo método. Las fuentes municipales consultadas se han negado a contestar si los hechos sucedieron así. Tampoco han respondido si en Barcelona ya no se exterminan palomas –gaseándolas y quemándolas– y han remitido a este medio al balance que el Ayuntamiento hará próximamente.