La señal que no se entendía y que la Guardia Urbana utilizó para multar a al menos a un vehículo en la calle de Dos de Maig, entre Còrsega y Rosselló, ya ha desaparecido, al igual que el resto de carteles con avisos de obras colgados desde hacía tres meses en árboles de la vía.
Este miércoles informaba del caso de un coche que había sido denunciado por el agente 21115 de la Guardia Urbana por "estacionar en un lugar en el que se prohíbe parar". La sanción comportó, además, la retirada del vehículo por parte de la grúa municipal. La broma, al final, sale por más de 300 euros, 224,05 por recuperar el turismo (propiedad del periodista que firma esta información) del depósito.
Como se puede ver en la imagen que acompaña esta información, del cartel no se entiende ni torta y, por tanto, no se sabe en qué fechas no se podía estacionar. De hecho, las señales se colocaron hacia el 22 de febrero para unas obras de unas tuberías y allí se han quedado casi tres meses.
La película de los hechos es la siguiente. Hacia finales de febrero, y sin previo aviso, esta zona de la calle de Dos de Maig, que parte los distritos del Eixample y Sant Martí, apareció vallada y con señales de prohibido estacionar con efecto retroactivo del 1 de febrero. Metrópoli ya lo explicó en una pieza publicada el 25 de marzo. El motivo, en aquella ocasión fue unas obras en las tuberías de agua.
MESES CON LOS CARTELES EN LOS ÁRBOLES
A las pocas semanas, los trabajos de las tuberías acabaron y las señales continuaron allí, colgados de los árboles. Desde finales de marzo, todo abril y la primera quincena de mayo, los coches han estacionado con normalidad en estas plazas de área verde con las señales presentes.
El 17 de mayo, el citado coche fue retirado. Ahora, los trabajos que se hacían eran para asfaltar el pavimento y pintar el carril bus. Los carteles con los avisos de obras habían sido repintados encima. En el que afecta al turismo de la multa parece leerse 13/3/21. Cuando se repintaron, se desconoce. Los avisos del inicio de obras se deben comunicar con nueve días de antelación. Allí, los carteles llevaban -inservibles la mayor parte del tiempo- casi tres meses.
La foto de la señal que no se entiende fue tomada el 19 de mayo por la mañana. La que encabeza esta información, con coches estacionados en esta zona, y con los carteles ya retirados es del mismo día al atardecer. El Ayuntamiento se apresuró a sacar los carteles tras la denuncia pública de este medio. Las obras también parecen haber terminado. Aquí no ha pasado nada.
La grúa municipal depende de Barcelona de Serveis Municipals, un conglomerado de empresas municipales dirigido por Marta Labata, con una nómina de 140.000 euros de nómina, 40.000 por encima de lo que percibe oficialmente Ada Colau. La grúa es uno de los servicios más impopulares que tiene. La retirada de un coche cuesta 173 euros y cada día en el depósito 25 euros. Difícilmente verán que este servicio se lleve un coche que moleste realmente, como los parados en doble fila. Entonces, a la grúa no se la ve.