El Ayuntamiento de Barcelona ha contratado a la empresa Cesva Instruments para el mantenimiento de los equipos de medida y control del ruido que son propiedad del Ayuntamiento desde el pasado 25 de mayo. Ese mantenimiento le supondrá a las arcas municipales un desembolso de 95.472 euros durante los dos próximos años. Se trata de un contrato adjudicado directamente a esta compañía, ya que los instrumentos que Barcelona hace servir para el control de las emisiones acústicas son de la marca Cesva.
Los responsables municipales negociaron con la empresa el precio y se acordó abrir un procedimiento “negociado y sin publicidad” para adjudicárselo directamente como medida excepcional, a pesar de su elevada cuantía. Cesva es una empresa familiar con más de 50 años de experiencia en el sector que diseña y fabrica sus propias soluciones acústicas y medioambientales, al tener un departamento propio de I+D+i que absorbe el 70% de los recursos de la compañía. Fue la primera empresa en España en obtener la aprobación de un modelo de sonómetro. Está presidida por Juan Casamajó y actualmente trabaja en 40 países.
LAS CAUSAS DEL RUIDO
Según el informe sobre contaminación acústica de Barcelona, hay tres fuentes principales de ruido: el tráfico (aquí se incluyen los coches, grandes infraestructuras viarias y ejes ferroviarios y tranvía), el ocio nocturno y los focos puntuales de ruido, ya sea por obras, por actividades al aire libre, por actividades de carga y descarga o por sirenas. Para controlar el mapa del ruido en la ciudad, se realizaron miles de medidas de corta duración y más de un centenar de mediciones de larga duración. El último año de referencia es el 2017 y en 2022 se debe elaborar el próximo mapa (normalmente, se elaboran cada cinco años).
Los puntos negros del ruido en Barcelona se sitúan en las rondas (Dalt y Litoral), así como Diagonal, Gran Via, Mitre, Meridiana y salidas hacia el norte. También en tramos del Eixample los niveles de ruido se sitúan muy por encima de la media. En niveles altos, existen otras vías como gran parte de Poblenou, las vías que atraviesan Sant Andreu, la Rambla Guipúscoa, determinadas calles de Les Corts, las vías cercanas a la ronda de Dalt en Nou Barris y Horta-Guinardó y vía Laietana. Las zonas con menor índice de contaminación acústica son Gràcia, parte de Horta, Ciutat Vella, Sants Montjuïc, parte de Sarrià – Sant Gervasi y parte del Poble Sec.
Por la población afectada, un 7,93% de los más de 1,6 millones de habitantes de Barcelona se ven expuestos a niveles máximos de ruido, entre 70 y 75 decibelios. Un 14,6% se ve expuesta a unos niveles de entre 65 y 70 decibelios, aunque la mayor parte de la población, un 60%, no supera niveles de más de 60 decibelios. La mayor parte de ese ruido es del tráfico viario.
MAYOR SENSIBILIZACIÓN
Barcelona cuenta con una extensa red de sensores medidores de sonido distribuidos en zonas conflictivas para controlar y gestionar la contaminación acústica. Desde el Ayuntamiento se reconoce que “en los últimos años, la sensibilización del conjunto de los ciudadanos frente al ruido ha ido en aumento, por lo que el Ayuntamiento está haciendo un esfuerzo por mejorar la calidad acústica de la ciudad mediante la realización de una amplia variedad de actuaciones”.
En el portal municipal se reconoce que “el tráfico es, con diferencia, la principal fuente, si bien se ha convertido en un ruido ambiental generalizado que no causa tantas quejas como otras fuentes de carácter más puntual y localizado. Por ejemplo, las actividades de ocio representan la segunda causa de ruido, pero, a diferencia del tráfico, está presente en zonas muy localizadas de la ciudad”.
EL OCIO NOCTURNO GENERA MÁS PROTESTAS
En el mapa de estadísticas de la población expuesta, esa peculiaridad se hace patente: el 95% de los ciudadanos barceloneses no se ven expuestos a ruidos molestos por actividades de ocio y, sin embargo, son las actividades que más protestas generan. De ahí que el mapa del ruido sea un instrumento fundamental para determinar dónde ha de actuar la Administración y proponer soluciones.
“En materia de ruido, el Ayuntamiento de Barcelona tiene el compromiso de mejorar la calidad acústica de la ciudad, impulsando y liderando programas y actuaciones prioritarias, marcos de colaboración, de coordinación y de información que permitan aminorar la contaminación acústica general de la ciudad, sobre todo en aquellas zonas que superan los valores límites y proteger las zonas tranquilas contra el aumento de la contaminación acústica”.
TRÍPTICO CON CONSEJOS
Para concienciar a los ciudadanos, el Ayuntamiento ha distribuido un tríptico con consejos a tener en cuenta para hacer una ciudad más sana acústicamente hablando. “Menos ruido igual a más confort”, reza el lema del tríptico. Así, da consejos breves y prácticos. En la calle, por ejemplo, se ha de intentar no hablar fuerte a la salida de los locales nocturnos, para respetar el descanso de los vecinos; o se ha de conducir pacíficamente, evitando acelerones, no utilizando el claxon, revisando el tubo de escape de vehículos y motocicletas.
También recoge actuaciones en el ámbito del trabajo o privado: cuidar la hora en que se utilicen algunos electrodomésticos, no subir mucho el volumen de aparatos de radio o televisión, insonorizar espacios donde se realicen actividades ruidosas, realizar obras fuera de los horarios de descanso o educar a los animales domésticos para que no molesten a los vecinos son algunos de esos consejos.