La superilla Barcelona, que el gobierno de Ada Colau quiere implantar en el Eixample, echa a andar. La intención del Ayuntamiento es que los proyectos ejecutivos de los cuatro primeros ejes verdes -en las calles de Consell de Cent, Girona, Rocafort y Comte de Borrell- y las cuatro plazas -en las esquinas de la calle de Consell de Cent con Rocafort, Comte de Borrell, Enric Granados y Girona- estarán listos en febrero de 2022 y las obras empezarán en junio de ese mismo año, es decir dentro de 11 meses. ¿Y el coste? Pues 37,8 millones de euros.

La apuesta supondrá el fin de la mayor parte de circulación en las citadas vías. A la larga, el objetivo municipal es extender este modelo a todo el Eixample, de tal forma que se crearán 21 ejes verdes (33 kilómetros) y 21 plazas que generarán 33,4 hectáreas de espacio para peatones y 6,6 de verde urbano. Si el proyecto culmina, una de cada tres calles del Eixample será un eje verde y los vecinos tendrán uno de estos espacios pacificados a 200 metros de su casa. Las siguientes calles que se remodelarán tras las de Consell de Cent, Girona, Rocafort y Comte de Borrell se anunciarán a lo largo de 2022.

CALLES DE PLATAFORMA ÚNICA Y MÁS VERDE

Este martes, el Ayuntamiento ha dado a conocer cómo serán las futuras calles de la superilla Barcelona. La presentación la ha hecho la teniente de alcaldía de Ecología Urbana, Urbanismo, Movilidad e Infraestructuras Janet Sanz, y el arquitecto jefe del consistorio Xavier Matilla, artífice del urbanísmo táctico de Colau. Según ha explicado Sanz, las calles dejarán de tener como protagonistas el cemento y el coche y pasarán a ser vías pensadas para las personas.

Las calles que se transformarán serán de plataforma única, sin barreras arquitectónicas. "El asfalto desaparecerá", ha dicho la edil. El panot será el material principal que se usará como pavimento, que se pondrá al día para que se más resistente, aunque también se utilizará granito junto a equipamientos o edificios singulares. 

El verde ganará en importancia, con mucha más vegetación y árboles. "Ahora hay un 1% y llegará al 10%", ha subrayado. En la parte central de las calles se plantarán nuevos árboles para que puedan crecer más y sean más frondosos. La intención es que entre los 21 ejes se planten unos 4.000. Las calles también incorporarán franjas de vegetación. Algunas serán de seis o siete metros y otras llegarán a los dos o tres metros.

COCHES Y MOTOS NO PODRÁN CIRCULAR EN LÍNEA RECTA 

Las calles serán también más sostenibles y accesibles, que garantizarán el paso de los vehículos de servicios urbanos y de emergencias, pero no del resto. Coches y motos "serán los agentes invitados", ha explicado Matilla. Los vehículos no podrán circular en línea recta y se verán obligados a girar en las esquinas. La carga y descarga se permitirá, pero será en franjas horarias concretas.

La superilla Barcelona también incorporará nuevos espacios de estancia, zonas de juegos infantiles y más mobiliario urbano y una nueva iluminación pensada para las personas y no para los coches, y tiene como uno de los objetivos potenciar el comercio de proximidad. El Ayuntamiento ha hecho hincapié en que el subusuelo de estas calles pasará de ser compacto e impermeable por otro de fértil y permeable que favorecerá el crecimiento del verde, el arbolado y la gestión del ciclo del agua. El terreno permitirá reutilizar el 30% del agua de la lluvia. 

EJES VERDES EN SANT MARTÍ

Sanz ha sacado pecho de la transformación que vivirá el Eixample. Ha hablado de un proceso de cambio que se prolongará durante una década con el objetivo de que llegue a toda la ciudad. La puesta en marcha de la reforma del Eixample, que según que la teniente de alcaldía se hará a partir de los criterios de "salud" y "seguridad", va unida a la construcción de siete ejes verdes en calles de Sant Martí -entre ellas Cristobal de Moura y Pujades, Almogàvers y Puigcerdà-, entre otras transformaciones urbanísticas de pacificación que vivirá la ciudad.

El que fuera arquitecto jefe del Ayuntamiento de Barcelona, Josep Acebillo ha sido una de las voces más críticas contra el urbanismo táctico del gobierno de Colau. Uno de los artíficies de la Barcelona del 92 ve las intervenciones municipales para acabar con el uso del coche como "demagógicas", "cutres" y alerta de que atentan contra la "generación de riqueza". 

ACEBILLO, "RECETAS ANTIGUAS" DEL URBANISMO

En la rueda de prensa de la superilla Barcelona, Sanz ha respondido a Acebillo. Ha dicho los retos actuales de la crisis climática no se pueden combatir con "recetas antiguas" y ha subrayado que cada son menos los que defienden que el 60 o el 70% del espacio -en referencia al coche- sea para generar ruido y contaminación. Para la edil de Barcelona en Comú, las rondas son un "fracaso" porque pasan a diario 300.000 vehículos por el Eixample. 

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