Colectivos antiColau preparan una gran pitada contra Ada Colau este jueves, 23 de septiembre, en la plaza de Sant Jaume coincidiendo con el pregón de la Mercè. Sin embargo, los convocantes se pueden encontrar con que la xiulada, como la han bautizado, no se haga en los términos en que plantean. El Ayuntamiento tiene previsto hacer en la plaza el Toc d'inici de los festejos, con reserva previa de asiento en aplicación de la normativa covid, lo que seguramente comportará que la plaza se blinde antes para hacer el montaje.
Según la información de la que dispone Metrópoli, en la plaza de Sant Jaume únicamente se hará el Toc d'inici. El resto de actos previstos, como el Matí de Festa Major y las jornadas castelleres, no se celebrarán. Según la página municipal que anuncia la actividad, las entradas ya están agotadas. Y lo están al menos desde el pasado 17 de septiembre.
LAS PROTESTAS EN LOS PREGONES, UNA TRADICIÓN
El pasado jueves, por primera vez, y el viernes (de forma más precisa), este medio preguntó al Ayuntamiento si la protesta se podría realizar o, por el contrario, la plaza estaría cerrada y no se podrían hacer concentraciones. Al cierre de este artículo, Metrópoli no había obtenido respuesta a la petición.
Los organizadores no se arrugan y afirman que la convocatoria sigue en pie a pesar de que la plaza de Sant Jaume pueda estar cerrada. Fuentes de los colectivos antiColau indican que si no se permite el acceso, la pitada se hará desde otro lugar, desde la plaza de Sant Miquel –contigua a la de Sant Jaume– o desde alguna de las calles adyacentes. La cita de la protesta es a las 18:15 horas.
Fuentes de la oposición en el Ayuntamiento explican que, muy probablemente, las localidades han sido reservadas con rapidez para evitar una nueva pitada a la alcaldesa y a sus políticas. El Toc d'inici es a las 20.00 horas, pero mucho antes el acceso a Sant Jaume se podría restringir. Desde el cuerpo de la Guardia Urbana explican que este tipo de cierres se suelen hacer un par de horas antes de que empiece el acto.
Tradicionalmente, el pregón de la Mercè ha sido objeto de distintas protestas ciudadanas o de sindicatos y otros colectivos, al igual que el camino desde la basílica de la Mercè hacia el Ayuntamiento tras la misa del día 24. Así ha sido durante años. En 2012, Xavier Trias (como alcalde) y Artur Mas (como presidente de la Generalitat) recibieron una sonora pitada, abucheos y lanzamientos de huevos por parte de trabajadores de TMB y de Parcs i Jardins.
El pregón se hace en el Saló de Cent y los barceloneses que quieren siguen la lectura, y la intervención previa del alcalde o alcaldesa a través de pantallas en la plaza de Sant Jaume. El año pasado, por las restricciones del covid, las pantallas ya no se colocaron, y todo apunta a que este año tampoco se instalarán.
Además de colectivos antiColau, que ya han organizado distintas manifestaciones en la ciudad contra las políticas municipales, también está previsto que se concentren sindicatos de la Guardia Urbana, como CSIF, para reclamar mejores condiciones de trabajo y denunciar la falta de apoyo de Colau a la acción policial. Su intención, explica el portavoz Eugenio Zambrano, es concentrarse en la plaza a las 17:30 horas.
SALVAJE PITADA EN GRÀCIA
A mediados de agosto, Colau recibió una sonora pitada en el pregón de la fiesta mayor de Gràcia que hacía Jordi Cuixart, presidente de Òmnium. Cuando la alcaldesa se puso frente al micro, el público de la plaza de Rius i Taulet arrancó con una salvaje pitada que impidió a Colau prácticamente articular palabra. La primera edil de la ciudad acabó llorando.
Dos semanas después, en las fiestas de Sants, la protesta se repitió, pero fue mucho menor. Según el relato de un vecino, varias personas de los comunes se le acercaron a él y a otros que pitaban a Colau y les dijeron que dejaran de hacerlo y que se fueran de allí. Según se desprende de su relato, el gobierno municipal planificó el acto con la intención de evitar el escenario de Gràcia.
Fuentes de los colectivos antiColau ven el cierre de la plaza de Sant Jaume como un acto de censura con la excusa de las restricciones contra la pandemia. Durante los meses de la crisis sanitaria, las manifestaciones masivas –con permiso– se han sucedido en las calles de la ciudad. La última protesta fue durante la Diada y reunió a unas 100.000 asistentes.
RESTRICCIONES A LOS ASISTENTES AL PREGÓN
Las restricciones por la pandemia también afectarán a los asistentes al pregón. De la corporación municipal, únicamente tendrán acceso al Saló de Cent los tenientes de alcaldía y los presidentes de los grupos municipales. Las limitaciones también afectarán a la asistencia en el balcón del Ayuntamiento para ver el Toc d'inici, y solo podrán seguirlo los mismos ediles que hayan ido antes a escuhar el pregón.