Cuentan en el Ayuntamiento de Barcelona que Eloi Badia, concejal de Transición Ecológica y Emergencia Climática, está que trina. Y no es para menos. El próximo miércoles, 29 de septiembre, el pleno votará el cierre de uno de los proyectos estrella de Ada Colau: la empresa pública Barcelona Energia, que en unos tres años solo ha conseguido tener algo más de un 3% de clientes privados, según los datos presentados en comisión municipal el pasado mayo.

Ahora, el debate se eleva al pleno municipal, lo que ha provocado un monumental enfado a Badia. Barcelona pel Canvi, la formación que lidera Eva Parera, pedirá finiquitar la compañía metropolitana. La proposición será discutida por todos lo grupos y deberá ser votada. La iniciativa del que fuera el partido fundado por Manuel Valls no prosperará, y si por aquellas casualidades lo hiciera, el gobierno haría caso omiso -no está obligado a cumplir la mayoría de los acuerdos del Consejo Plenario-. Pero el divertimento político está asegurado.

SOLO 3.651 CLIENTES PRIVADOS DE LOS 20.000 POTENCIALES

La propuesta servirá, de nuevo, para recordar los números de Barcelona Energia. Según los datos que incluía el informe Balance económico de Barcelona Energia 2018-2020, en primavera la empresa que preside Badia servía a 3.651 clientes privados de los 20.000 potenciales a los que se dijo que llegaría. Si a éstos se suman los servicios públicos a los que suministra, 4.680 (marzo de 2021), el número final de puntos de abastecimiento eléctrico es de 8.331. 

Parera resume en pocas palabras el porqué presenta la iniciativa: "No es rentable, le cuesta mucho dinero a los barceloneses, no han llegado a los objetivos marcados y le compra la energía a Endesa. El discurso contra las grandes eléctricas es pura demagogia", explica la regidora de Barcelona pel Canvi.

Publicidad de la eléctrica de Colau / AYUNTAMIENTO DE BARCELONA



LA EMPRESA DE BADIA FACTURA CASI SU TOTALIDAD AL PROPIO AYUNTAMIENTO 

El balance económico de 2020 indica que la cifra de negocio de Barcelona Energia fue de 23.730.818,46 millones, un 9,4% menos que en 2019 (poco más de 25 millones), lo que se ha traducido en una caída del BAI (Beneficios Antes de los Impuestos) hasta los 399.831,65 euros en diciembre de 2020. 

De total de ventas, la empresa facturó el año pasado al propio Ayuntamiento barcelonés la mayor parte de esos 23,7 millones: 22,5 millones, es decir que la eléctrica de Colau suministra mayoritariamente energía al consistorio que lidera su partido. La facturación a particulares es de 819.937 euros -el doble que en 2019-, mientras que a empresas es de 107.928 euros.

MÁS DE MEDIO MILLÓN DE EUROS EN SUELDOS

El informe deja otros datos de interés, como que Barcelona Energia ha gastado 504.933,87 en sueldos574.211,34 en imagen, 60.058,95 en asesores y consultores y 325.081,43 en impuestos. Y los gastos de explotación del mercado eléctrico ascienden a 21.537.103,34, de los que 10.099.306,35 han sido para la compra de energía y 11.437.796,99 para peajes energéticos.

El pasado mayo, el citado informe fue presentado en comisión municipal a petición de Ciutadans. El varapalo de la oposición fue de órdago. "Se han definido unos objetivos que no tienen nada que ver con la realidad. Tienen que abandonar la idea de que acabaran con los oligopolios y que Barcelona será soberana energéticamente", dijo el concejal de Ciutadans, Celestino Corbacho. Incluso ERC, el partido que más acuerdos cierra con el gobierno, denunció la existencia de ofertas electricidad más baratas que las de la compañía pública entre los paradistas de los mercados barceloneses.    

LA CREACIÓN, APROBADA EN MARZO DE 2017

La creación de la eléctrica se aprobó en el pleno municipal del 31 de marzo de 2017, con el apoyo de todos los grupos municipales excepto el PP, que se abstuvo. Barcelona Energia, como se bautizó la iniciativa de los comunes, se puso en marcha a través de la empresa pública de tratamiento de residuos Tersa, participada por el Ayuntamiento de Barcelona (59%) y el Área Metropolitana de Barcelona (41%). El servicio a los ciudadanos del AMB se abrió en enero de 2019. A lo largo de este 2021 nueve municipios metropolitanos se incorporarán a la eléctrica y pasarán a ser accionistas de Tersa.

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