Las palabras de Gabi Ruiz, director del Primavera Sound, de que el festival podría no celebrarse en 2023 en Barcelona, porque todavía no tienen el permiso y porque se les ha multiplicado el precio de los terrenos por 17, han sentado muy mal en el Ayuntamiento. En una entrevista en La Vanguardia, Ruiz asegura que el consistorio no quiere el modelo de evento que ellos plantean -dos fines de semana seguidos en el Fòrum- y que están buscando otra ciudad donde celebrar el Primavera Sound, que podría ser Madrid. En 2022, el certamen se hará del 2 al 12 de junio, un "disparate" para los vecinos, cansados de ruido y de incivismo.
Distintas fuentes municipales consultadas por Metrópoli ven las palabras de Ruiz "fuera de tono" y las tildan de "chantaje". Oficialmente, el teniente de alcaldía de Cultura Jordi Martí ha dicho que con "ultimátums" no se puede trabajar. En la entrevista, Ruiz dice que lleva cinco meses intentando reunirse con David Escudé, el regidor de Sant Martí, el territorio donde se hace el festival. El Primavera Sound apela a que tiene que cerrar el acuerdo antes de finales de año para empezar a contratar.
REUNIONES PERIÓDICAS
Fuentes municipales desmienten que el precio de los terrenos se vayan a multiplicar por 17. Las cantidades no las dan por temas de confidencialidad, explican. Y tanto Escudé como representantes de entidades de Sant Martí afirman que las reuniones han tenido lugar de forma periódica desde la pasada primavera, y en ellas ha participado como representante del Primavera Sound Alberto Guijarro. Queda por hacer una última que se tiene que celebrar entre diciembre y enero y en la que el festival tiene que presentar un estudio de impacto sonoro, algo que todavía no ha hecho.
En declaraciones a Metrópoli, Escudé dice estar a favor del Primavera Sound y defiende que sea un festival "sostenible" tanto desde un punto de vista empresarial y artístico, como vecinal y de impacto en el núcleo urbano. "Hay que buscar un equilibrio". Escudé quiere que el Primavera Sound sea "un éxito para todo el mundo", en todos los sentidos, y que se quede muchos años en Sant Martí. Pero sobre la mesa hay muchas otras cuestiones, más allá de la empresarial y musical, que hay que evaluar: movilidad, limpieza, seguridad y retorno a la ciudad. El papel de Escudé, como concejal del distrito, es el de hacer de "árbitro" entre las distintas partes, subraya. "No quiero que haya dudas. Queremos lo mejor para el festival y para los barrios. Las dos cosas son compatibles y es en lo que estamos trabajando"
FUERTE PRESIÓN VECINAL
La presión que tiene el Ayuntamiento por parte de los vecinos es muy elevada, y nadie puede olvidar que en 2023 hay elecciones. Sant Martí ha sido históricamente un feudo socialista. En 2011, con Jordi Hereu de candidato, el PSC obtuvo más de 30.000 votos. En 2015, cayó hasta los 11.623. En los últimos comicios, Jaume Collboni recuperó una parte de importante de los votos, 22.900, aunque insuficientes para hacerse con la alcaldía. En 2023, parte del éxito del PSC pasará por ampliar respaldos en los barrios obreros. Y Sant Martí lo es.
Los vecinos del Fòrum siempre han sido muy críticos con el Primavera Sound y otros festivales multitudinarios que se celebran por los muchos problemas que les acarrean: suciedad, seguridad, incivismo, botellones. Y, por supuesto, ruido. Una vecina explica que con los conciertos su casa, a 800 metros del recinto, "tiembla".
Desde el Movimiento Diagonal Mar no dicen que el festival no se haga pero sí que piden que sea más cívico y menos ruidoso. Hace unos meses, los vecinos calificaron la ampliación del festival a dos fines de semana seguidos de "disparate", y ahora consideran que alargar esa idea a otros años es inviable. La entidad considera que las palabras de Ruiz son una "amenaza" al Ayuntamiento, confirman que las reuniones en las que estaba presente el Primavera Sound se están celebrando y defienden el compromiso y el papel de Escudé en la gestión del evento.
UNA ESTRATEGIA DE FESTIVALES HASTA 2030
Fuentes del grupo municipal del PSC quieren que el Primavera Sound se quede en Barcelona, pero explican que se está trabajando en una estrategia de festivales de cara al 2030 y que afectaría a todos los eventos. La gestión la lleva el regidor Xavier Marcé. Las mismas fuentes detallan que se están acabando de cerrar aspectos de la edición del 2022 con el Primavera Sound y paralelamente se está hablando de la edición de 2023. El Primavera Sound quiere repetir en 2023 los dos fines de semana seguidos, pero el Ayuntamiento espera poder ver cómo va el festival de 2022 para decidir cómo encara el de 2023. Martí ha dicho que se trata de una situación de "gran complejidad" que necesita "ajustes" para evitar perjuicios a los vecinos del Fòrum y del resto de la ciudad.