“Quieren destruir la nación de Ucrania, es lo que les mueve”. Es la convicción de los alcaldes del país, que recibe los ataques del ejército ruso, y que buscan cómo garantizar los corredores humanitarios. Esos alcaldes, de ciudades como Mariupol o Járkiv o Sumi, han pedido “la máxima solidaridad” para poder resistir.
Esas peticiones las escucha el propio Ayuntamiento de Barcelona, pendiente del Gobierno español para poder organizar, a su vez, un primer centro de acogida de refugiados, que se distribuirían, después, por todo el territorio español. El Gobierno que preside Pedro Sánchez quiere habilitar tres grandes centros en Pozuelo, (Madrid), Barcelona y la Ciudad de la Luz de Alicante.
COHESIONAR EL PAÍS
Distintos alcaldes de Ucrania, moderados por Maksym Panchenko, periodista y analista en Internews Ukraine, expresaron este miércoles su angustia ante la necesidad de acelerar esos corredores humanitarios, que han sufrido una suerte desigual. En la ciudad de Sumi, por ejemplo, a unos 350 kilómetros al noreste de Kyiv, la capital del país, se pudo evacuar en la noche del martes a cientos de ciudadanos, pese a los bombarderos, que causaron 21 muertes. El alcalde de Trostianets, en la región de Sumi, Yoriy Bova, ha participado en la sesión, con esa petición de solidaridad. Los gobernanes municipales de Járkiv, Mariúpol, Sumi, Chernígov o Konotop han pedido de forma reiterada que se cierre el espacio aéreo de Ucrania, algo que la OTAN descarta por ahora, y que para Rusia sería una declaración de guerra por parte de Occidente.
Quien ha dejado más claro la voluntad de los responsables locales de mantener la resistencia, ha sido el alcalde de Mariúpol, Serhiy Orlov, que ha reiterado que Rusia no busca otros objetivos que la “destrucción” de la nación de Ucrania, que, sin embargo, puede cohesionarse mucho más a partir de los ataques del ejército de Putin. Justo después de la conferencia de alcaldes, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski , ha denunciado el bombardeo en un hospital infantil esa localidad, en Mariúpol, con la petición a la comunidad internacional de que se cierre el espacio aéreo. Orlov había precisado que la situación es insostenible, porque hay ya graves problemas de abastecimiento. "¿Cómo es posible que suceda esto en una democracia, en pleno siglo XXI?", ha lamentado.
Con esos corredores humanitarios que piden los alcaldes ucranianos se abre un proceso de acogida de refugiados en el que Barcelona puede ocupar un papel principal. Representantes de la Delegación del Gobierno, de la Generalitat y del Ayuntamiento, junto a responsables de las diputaciones provinciales, se reunieron este miércoles para buscar soluciones. El objetivo es que se pueda “coordinar” la recepción y asistencia de ciudadanos ucranianos, con una previsión que rompe cualquier precedente: entre cuatro y siete millones de ucranianos saldrán del país, muchos de ellos con destino a España, donde vive una comunidad significativa de ciudadanos del país eslavo. España es, de hecho, el cuarto país con la comunidad de mayor peso, y Cataluña aloja a la parte más significativa.
ACELERAR TRÁMITES
La nueva directiva europea de protección temporal permite a los ucranianos una estancia de 90 días, con derecho a conseguir trabajo de forma inmediata, escolarización, atención sanitaria y derechos sociales, y eso obliga a las administraciones, y, de forma especial a los ayuntamientos, a acelerar trámites y servicios.
El Ayuntamiento de Barcelona ha estado representado en la reunión por la teniente de alcalde de derechos sociales, Laura Pérez y el concejal de Derechos de Ciudadanía, Marc Serra, mientras que por parte de la Diputación de Barcelona ha asistido Pilar Díaz y por la Diputación de Girona Teresa Brumsó.