Los comunes fueron a Francia para registrar webs que aparentemente no tenían ninguna vinculación con ellos pero las cosas se torcieron y dejaron un reguero de pistas que demuestran que montaron una intrincada red de portales servilistas para atacar a sus enemigos y realizar labores de contrainformación o de desinformación. Un ejemplo de ello lo tenemos en las webs desveladas por Metrópoli, que apoyan sin ambages las teorías y las consignas de los comunes y de Podemos: Spanish Revolution y La Futura Channel.
Conforme publicó este diario, la primera de esas webs tiene dos registros, uno .net y otro .org, ubicados uno en Francia y otro en San Francisco (Estados Unidos). La Futura Channel, por su parte, se ubica en Francia, en un servidor de OVH SAS, lo mismo que Spanish Revolution… y que Barcelona en Comú (BeC). Sin embargo, también tiene derivadas en San Francisco, siguiendo la estela de Spanish Revolution. Esas coincidencias, ya de por sí, son muy sospechosas, porque apuntan a indicios de que hay alguna conexión entre los protagonistas.
EL MISMO NÚMERO DE AS
Sin embargo, hay un dato más que presenta indicios más sólidos de una estrecha relación de BeC con los medios de desinformación: La Futura Channel, aunque aparentemente no tiene nada que ver con BeC (salvo que ambos se alojan en un servidor de Roubaix, Francia), comparte el mismo enrutamiento de ASs que el partido de Ada Colau. El ASs es el sistema que agrupa a quienes comparten el mismo protocolo o, dicho en roman paladino, a las IPs de un mismo grupo. Siguiendo ese rastro, según los metadatos, la ASs número 24940 tiene asignadas seis IP’s (número de cada ordenador) y entre ellos están BeC y La Futura Channel.
“Los números del Sistema Autónomo (AS) agrupan las redes de direcciones IP y los prefijos de enrutamiento con los mismos protocolos externos. Por ejemplo, todas las direcciones IP administradas por una organización, generalmente se enumeran en el mismo grupo de red AS. Esto podría incluir todos los prefijos de direcciones IP administrados por una Universidad, entidad corporativa, proveedor de servicios de Internet u organización similar. En el caso de AS24940, el número es plenamente coincidente y compartido por la entidad Barcelona en Comú”, dice un experto en redes. En ese protocolo se incardina una de las IP’s que utiliza La Futura Channel. Ello implica, además, que la web que se utiliza como cloaca por los comunes se puede controlar desde Barcelona aunque el servidor esté en Francia o en Estados Unidos.
UN INGENIERO NADA NEUTRAL
La Futura Channel es la organización que poco después de conocerse la última querella contra Ada Colau elaboró un informe (utilizado por los comunes como si fuese ajeno) en el que relacionaba a Agbar (a quien Colau atribuía estar detrás de la querella) con varios escándalos económicos acaecidos los últimos años.
El presunto informe, dinamizado en las redes sociales por Barcelona en Comú, fue realizado por el ingeniero Moisès Subirana, que precisamente es miembro de Ingenieros Sin Fronteras y de la plataforma Aigua És Vida, una de las entidades vinculadas al concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Eloi Badia, que se ha distinguido por su combatividad para quitar a Agbar la gestión del agua de Barcelona.
Por otro lado, los mensajes que se ofrecen a través de la red de webs cercanas a Podemos y a los comunes son, en ocasiones, contradictorios. Mientras Colau ponía al Ayuntamiento de Barcelona en contra de la invasión de Ucrania y apoyando al alcalde de Kiev, desde algunos de los portales cercanos a Podemos y los comunes se publicita lo contrario. Se da la circunstancia de que uno de los artículos de Nueva Revolución fechado el pasado 21 de marzo y escrito por Carlos Morais, portavoz de Agora Galiza-Unidade Popular señala que “estamos del mismo lado de la trinchera de Vladimir Putin” y que “en Ucrania se está disputando la imposición del diseño totalitario que el imperialismo ha planeado para la humanidad”, loa el objeto de “desnazificar” el país y trata al presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, de “criminal de guerra” y al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, de “títere”. Además, lleva el revelador título de Los comunistas gallegos, con Z Rusia. Otro de los artículos se titula Porqué los combatientes extranjeros de Ucrania tienen poco que ver con los brigadistas de la Guerra Civil española. Su contenido es fácil de intuir.