La normalidad prepandémica ha regresado a Barcelona esta Semana Santa. Y con ella, los turistas, que desde hace tres años no llenaban las calles de la ciudad de una forma tan notable como lo están haciendo estos días. Están por todas partes: abarrotando las terrazas de la Rambla y la Barceloneta, comprando en el paseo de Gràcia, haciéndose selfies en el Park Güell y visitando la Sagrada Família. Mientras 360.000 vehículos han abandonado el área metropolitana hacia zonas de costa y de montaña, los visitantes –principalmente españoles y europeos– han hecho suya la capital.
A pocos días del inicio de las vacaciones, el Gremi d'Hotels de Barcelona ya previó una ocupación en torno al 80% entre el jueves día 14 de abril y el domingo día 17. Esto, a pesar de que el 17% de establecimientos hoteleros no han podido reabrir después de la pandemia. Por otro lado, los apartamentos turísticos están prácticamente al completo con una ocupación media del 92% según la asociación APARTUR. Aun así, hoteleros y dueños de apartamentos aseguran que la facturación no llega todavía a las cifras registradas justo antes de la crisis sanitaria.
Tras más de 24 meses de restricciones, la caída de las medidas anticovid es una de las principales razones por la que los turistas han viajado en masa esta Semana Santa a Barcelona. Cabe recordar que todavía está vigente el requisito de la vacuna, y que el Gobierno no permite que entren a España –salvo algunas excepciones los extranjeros que no tengan la pauta completa.
Con todo, el panorama para el sector turístico es "muy optimista", según el Gremi d'Hotels. A la espera de conocer las cifras definitivas de la campaña de Semana Santa, la entidad tiene la mirada puesta en lo que ocurrirá el próximo verano. Con la esperanza de haber reactivado ya la planta hotelera de la ciudad al 100%, los hoteleros calculan que así empezarán a recuperar los grandes números del 2019 y podrán dejar atrás dos años negros para el turismo.