El Ayuntamiento de Barcelona está revisando, desde el pasado febrero, todos los Toyota Prius+ de la Guardia Urbana por los fallos detectados en las baterías auxiliares de los vehículos. El pasado 20 de abril, Metrópoli se hizo eco de una denuncia de La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) sobre los problemas en los coches de patrulla de los agentes. La principal contrariedad es "la capacidad de la batería", dijo CSIF, lo que provocaba que algunos de los servicios de los vehículos, como la emisora o las luces policiales, dejarán de funcionar.
En una carta enviada a la jefatura de relaciones laborales de la gerencia de Prevención y Seguridad, a la que tuvo acceso este medio, CSIF exponía que las incidencias, "cada vez más frecuentes", están dejando fuera de servicio mecanismos y dispositivos de los coches patrulla, como la "señalización lumínica y acústica de los prioritarios, el sistema de encendido eléctrico del motor, la emisora, la cámara interna, el sistema informático y elementos de seguridad pasivos". Y pedía una revisión y una corrección de este tipo de incidencias.
DESGASTE DE LAS BATERÍAS AUXILIARES
En la respuesta que el Ayuntamiento da al sindicato, el responsable de vehículos del departamento de recursos materiales, Òscar Redon, detalla que los problemas detectados están provocados por "el desgaste de las baterías auxiliares", lo que se traduce en que "los sistemas de luces prioritarias y de sonido, incluidas en la transformación, se queden sin la energía necesaria".
Según el Ayuntamiento, en los casos en los que se ha detectado este tipo de incidencia, "se ha tratado con la máxima celeridad y se ha dado una solución rápida y eficaz a la avería", a través de los talleres autorizados en el contrato de alquiler. La solución pasa por cambiar la batería, ya que la vida útil es de entre dos y tres años. "Estas incidencias forman parte del mantenimiento incluido en el contrato de alquiler y cuando se detectan los fallos solo hay que comunicarlos y llevar el vehículo al taller.
REVISIÓN DE LA FLOTA
Sin embargo, el problema ha llevado a hacer una revisión de "todos los vehículos de la Guardia Urbana", concreta la respuesta municipal a CSIF, para verificar el correcto funcionamiento de todos los equipos conectados a la batería auxiliar (MPS, radio, luces). "En caso de detectar una bajada de tensión en las baterías auxiliares", éstas se cambian. Para CSIF, el contratiempo, que provoca "inseguridad laboral", es debido a la falta de una partida presupuestaria de inversión para acondicionar los coches", ha dicho el secretario de Organización Eugenio Zambrano.
El 20 de abril, cuando este medio publicó la información, las fuentes municipales consultadas indicaron que no les constaban fallos en los vehículos y recordaban que se trata de coches híbridos que llevan años funcionando. Concretamente, el consistorio se hizo con con 145 Toyota Prius+ en 2018 por unos 12,6 millones de euros. Los coches fueron presentados por el entonces comisionado de Seguridad, Amadeu Recasens.
RENOVACIÓN
La Guardia Urbana lleva años renovando la flota de vehículos de las distintas unidades del cuerpo del policial con el objetivo de que sean menos contaminantes. Recientemente, la comisión de Seguridad ha aprobado la adjudicación del contrato para el alquiler de una decena de furgonetas eléctricas para la unidad de tráfico por algo más de un millón de euros.