Foment exhibe su liderazgo en la oposición a Colau
La patronal mantiene la presión contra las políticas de la alcaldesa, ahora con un manifiesto a favor del sector turístico en la ciudad
25 mayo, 2022 00:00Noticias relacionadas
Sin complejos. Más bien con orgullo. Y con el mismo guion. La patronal Foment del Treball exhibe su liderazgo en la oposición a la alcaldesa Ada Colau, consciente de que la propia líder de los comunes, ha señalado a Foment como su gran adversario político. En los últimos dos años, ya antes de la pandemia del Covid, e intensificado en los últimos meses, el trabajo de Foment se ha concentrado en poner en cuestión las políticas de Colau al frente del Ayuntamiento. Y la nueva carga llega ahora con un manifiesto de la comisión de turismo de la patronal que censura sus restricciones al sector.
Lo advirtió Josep Sánchez Llibre en su participación en las jornadas del Círculo de Economía, en una mesa de reflexión sobre el futuro de Barcelona. Señaló que seguirá ejerciendo esa labor frontal contra el proyecto de Colau, basado, a juicio de la patronal, en la teoría económica del “decrecimiento”, defendida por economistas como el francés Serge Latouche. Y, ciertamente, esa es la opción de gran parte de la militancia de los comunes, que adoptan algunos principios de Latouche, como la idea de que existe un fetichismo sobre el PIB, y que el planeta está al borde del colapso por el “hiperconsumo”.
El choque es profundo, es total. Foment ha buscado el contraste con Colau en todo momento, con cuestiones como la ampliación del aeropuerto del Prat, los Juegos Olímpicos de Invierno y, principalmente, con las superillas que buscan reducir de forma drástica la presencia de los vehículos en el centro de la ciudad. Pero también ha habido acercamientos que las dos partes consideraban positivos. Sánchez Llibre se entrevistó con Colau en el Ayuntamiento de Barcelona y ésta hizo lo propio semanas más tarde en la sede de la patronal. Se crearon comisiones de trabajo, pero sin ningún resultado. ¿Por qué?
Sánchez Llibre se mostró duro con Colau en el Círculo de Economía, justo después de que la alcaldesa se plantara, ante todo el auditorio, y defendiera la capacidad de la ciudad para “elegir sus propios proyectos, los que encajen con el modelo de ciudad, y no cualquiera que se presente”. Y los que no encajan, a su juicio, son la ampliación del aeropuerto y otra inversión que la guerra de Rusia contra Ucrania ha dejado ahora en la estacada: el Hermitage, en el Port Vell, en unos terrenos del Port de Barcelona.
LOS COMUNES, CÓMODOS COMO RIVALES DE FOMENT
¿Ha sido, sin embargo, esa posición firme de Sánchez Llibre contraproducente? Algunas voces empresariales señalan que Colau se ha podido crecer frente a esa oposición. Sin una propia en el consistorio –el PSC, en el equipo de gobierno se distancia sólo de forma tímida en algunas cuestiones; ERC es, en realidad, un aliado de Colau, y los cinco concejales de JxCat han tenido poca relevencia—a la líder de los comunes le ha sido cómoda esa posición. La tesis es clara: “si Foment carga contra nosotros, es que vamos bien”, señala una fuente cercana al partido de Colau.
Pero, ¿debe la patronal ejercer otro papel? “Vamos a seguir igual, y lo extraño es que otros no hagan lo mismo”, indican desde la patronal. Sánchez Llibre –exdirigente de CiU, buen conocedor de los medios de comunicación y consciente de que en política hay que saber ocupar el centro del escenario— se lo ha tomado como una misión. Está en juego el futuro económico de la ciudad, señala.
La última cruzada se debe al intento de Colau de frenar la llegada de cruceros en Barcelona. Quiere limitarlos a unos tres por día, al entender que la ciudad no podrá asumir esos desembarcos masivos en las principales arterias de la ciudad. La posición, curiosamente, la comparten los comunes y la patronal. Pero, ¿qué alternativas se proponen?
¿PUNTOS EN COMÚN SOBRE EL TURISMO?
Foment señala que está con Colau en querer para Barcelona un modelo más descentralizado de turismo, en potenciar un turismo con mayor valor añadido como el turismo de congresos, de ferias y de cultura. Y que sea cívico y respete las normas “de nuestra ciudad” y, “obviamente con una transición hacia la sostenibilidad”. Sin embargo, no hay puentes para que las dos partes, junto al resto de actores implicados, lleguen a grandes acuerdos para esos mismos objetivos.
Se trata de una guerra política, de un choque de proyectos, que tiene etiquetas: la Barcelona del sí, defendida por el socialista Jaume Collboni, bien conectado con esos sectores económicos de la ciudad, y la Barcelona del ‘no’, la del decrecimiento de los comunes. Luego hay matices y potenciales puntos de encuentro, pero las dos partes, Colau y Foment están cómodas en sus respectivas posiciones.
La patronal se agarra ahora a los cruceros y a la necesidad de hacer crecer la economía de la ciudad con un lenguaje agresivo: “La última ocurrencia de la alcaldesa Ada Colau es querer limitar los cruceros en nuestro puerto porque generan polución y molestias en la ciudad”. La patronal sostiene que la reducción de emisiones ya es un hecho, por parte de las navieras y que los cruceristas tienen “un gran poder adquisitivo” que el conjunto del tejido económico de Barcelona no puede despreciar.
En una especie de tercera vía se ha situado el presidente del Puerto de Barcelona, Damià Calvet, que se ha mostrado dispuesto a hablar de la cuestión, aunque con la premisa de que el número de cruceristas no se ha sobredimensionado, como piensa Colau, y que es posible reconducir las posibles externalidades negativas, junto con el sector hotelero.
Sin una clara oposición en el Ayuntamiento de Barcelona, y a un año de las elecciones, Foment exhibe su posición central. La cuestión que la patronal valora ahora –tras convertirse en un actor vital en la ciudad—es poner en pie o vislumbrar una alternativa política a los comunes.
En todo caso, Colau ha elegido a su adversario: Foment del Treball.