Correos ha cerrado temporalmente su oficina de la calle de Calàbria en Barcelona. Se trata de una sucursal que desde el pasado miércoles ya no estaba en funcionamiento debido a que los siete empleados que trabajaban en ella se rebelaron, negándose a continuar con su actividad hasta que se climatizara adecuadamente el lugar.
Los trabajadores se negaban a continuar trabajando debido a las altas temperaturas y es que la oficina se encontraba en obras, por lo que se desplazaron al sótano, donde el aire acondicionado estaba roto y no había otras formas de refrigeración.
Los trabajadores acudieron a los sindicatos CGT, CC.OO y UGT, que recomendaron cesar la actividad laboral e interponer una denuncia a la Inspección de Trabajo
INSPECCIÓN DE TRABAJO
Inspección de Trabajo se ha personado en la oficina este jueves para medir las condiciones climáticas del centro y han hecho un requerimiento para que se solvente el problema antes de que los trabajadores tengan que volver a la oficina.
Por su parte, CGT ha detallado que la sucursal seguirá cerrada hasta que la Conselleria de Empresa y Trabajo de la Generalitat "intervenga y decida las medidas que debe tomar la empresa para su reapertura".
32 GRADOS Y SIN AIRE ACONDICIONADO
Se ampararon en la prevención de riesgos laborales, pues los termómetros llegaron a marcar los 32 grados y, entre los trabajadores, había una mujer embarazada y personas con problemas de salud crónicos.
Por el momento, la empresa de mensajería ha relocalizado a los siete trabajadores en la oficina ubicada en la plaza de Letamendi y en la unidad de distribución de la calle de Còrsega.