En el corazón del barrio de Sant Antoni apenas circulan coches. Desde 2019, bancos de madera, grandes tiestos y diferentes elementos urbanísticos ocupan algunas de las principales calles: Mansó y Compte de Borrell son algunos de los ejemplos. Tras la superilla del Pobleno, Sant Antoni fue el siguiente banco de pruebas del gobierno de Ada Colau. Tres años después de su inauguración, la zona presenta un estado degradado, con algunas zonas descuidadas en materia de limpieza. Recientemente, las ratas también han hecho acto de presencia.

Decenas de grafitis ensucian las macetas de diversos tamaños y formas que ocupan la calzada. La vegetación domina el paisaje urbanístico que antes pertenecía a coches y motos. Carme Puig, vecina del Paral·lel, pasea a diario por la superilla. Le gusta sentarse en uno de sus bancos mientras fuma uno de sus cigarros. Está convencida de que la zona está más sucia que hace unos años. Coincide en lo mismo un basurero que esta mañana barre un tramo de Compte de Borrell. “La gente es más guarra ahora que antes de la pandemia. Yo veo más suciedad”, describe.

CONTRATA DE LIMPIEZA

Desde el histórico Cafès Roure, la camarera Marisol explica que los camiones ya no limpian como anteriormente. Explica que entre marzo y abril, cuando el nuevo contrato de la limpieza empezó a andar, se notaron más esfuerzos en la limpieza por parte del Ayuntamiento con camiones que echaban agua. De un tiempo a aquí, asegura, ya no se limpia con la misma intensidad.

Una rata merodea por la 'superilla' de Sant Antoni el pasado 25 de agosto / @CuidemSantAntoni

 

La crítica de la efectividad de uno de los servicios municipales más costosos del consistorio (2.300 millones de euros en ocho años) la expresan varios grupos de la oposición. En el último año, Junts per Catalunya ha realizado dos auditorías para denunciar una “falta de mantenimiento” y un “deterioro del patrimonio” en los interiores de manzanas de Sant Antoni. “En general, el verde y la vegetación brillan por su ausencia o están mal cuidados, así como se constata la falta de mantenimiento y el deterioro del patrimonio presente en el interior”, concluía el informe del partido, que también alertaba sobre las altas temperaturas de los toboganes y la falta de sombra.

El regidor de Junts, Joan Rodríguez, recuerda que en septiembre de 2021 reclamaron una figura de "coordinador de calidad del espacio público que también votaron los comunes y en el que Eloi Badia (concejal de Emergència Climàtica) entonó un "mea culpa". El edil explica que muchos vecinos de edad avanzada no pueden accionar los nuevos contenedores y que se ven obligados a dejar las bolsas de basura en la calle.

CIUTADANS: "NO EXISTE UNA SUPERVISIÓN REAL"

Este jueves, un grupo de vecinos agrupados bajo la cuenta de Twitter Cuidem Sant Antoni denunciaba la presencia de ratas en la superilla. La crítica la realizaban vecinos a favor de la superilla como modelo de movilidad . “Después de tres años, la superilla está sucia y descuidada. Las ratas ya están aquí. Urge cuidar este entorno del que tanto habláis como modelo de éxito. Sí a los espacios pacificados, pero limpios, y no abandonados”, rezaba el mensaje dirigido al regidor de Barcelona en Comú del Eixample Pau González.

Desperfectos en una maceta de la superilla de Sant Antoni / GUILLEM ANDRÉS

Desde Ciutadans, Pedro J. Sánchez vincula la situación de la limpieza de Sant Antoni al panorama global de ciudad. “Es una muestra de como está Barcelona. No se está haciendo lo que se acordó en 2018, que es la retirada de la losa de Sant Antoni”. El consejero de distrito denuncia que las macetas de la losa –una solución temporal que dura desde hace cuatro años– acumulan suciedad. Su retirada, también en la intervención urbanística de Sant Antoni, favorecería una mayor higiene en la zona. El político de la formación naranja señala que su grupo recuerda en “todos los Consells de Barri” la ausencia de una “supervisión real y exhaustiva del tema de limpieza”.

MANTENIMIENTO DE LAS MACETAS

La regidora de Valents, Marilén Barceló, reprocha el servicio de limpieza en Sant Antoni y el resto de la ciudad. "No puede ser que gastemos 300 millones de euros anuales y que tengamos así la superilla". Los vecinos y comerciantes trasladan a la concejal una sensación de "desidia" y falta de mantenimiento en la zona urbanística. "Los vecinos piden más baldeo y que se limpie mejor la calle", expresa la concejal. ERC, por su parte, avisaba en 2019, cuando empezó a funcionar la superilla, que el gobierno de Colau se debía comprometer a incrementar la frecuencia de actuación de las brigadas de limpieza. Los republicanos también reclamaban un "mejor mantenimiento" de las macetas y una mayor presencia de agentes cívicos que disuada a los infractores.

Estado del pavimento de la superilla de Sant Antoni en Barcelona / GUILLEM ANDRÉS

Laura, una trabajadora de una tienda cercana, ha normalizado la presencia de ratas en Barcelona. "Siempre hay ratas. Las vemos con frecuencia, pero es algo intrínseco en las ciudades grandes", comenta. El farmacéutico Pascual Balañá describe grupos de ratas que cruzan la calle en dirección al mercado de Sant Antoni. "Las ratas viven en las alcantarillas. Cuando las vemos es que buscan comida. Supongo que la falta de lluvia en verano tiene relación", comenta el hombre, que achaca la suciedad de la superilla a los "rincones" que forman los diversos elementos urbanísticos de la ciudad.

Noticias relacionadas