"Getir. Y tú, tranquilísimo". Es probable que esta frase suene familiar pues, a lo largo de los últimos meses, se han multiplicado los anuncios de esta compañía de reparto a través de plataformas y redes sociales. No son pocas las empresas de delivery que en España incumplen la Ley Rider. No es el caso de Getir, que sí mantiene a su plantilla trabajando como asalariada. Ello no garantiza, sin embargo, que los trabajadores gocen de un empleo digno alejado de la precariadad. Esto es precisamente lo que ocurre con los empleados de la compañía turca afincada en Barcelona, sede a partir de la que controlan la expansión por toda España.
La compañía sigue un modelo de empresa similar al que ostentó en su momento Gorillas o BLOK. Ambas compañías, la primera de origen alemán y la segunda de origen barcelonés -y de la misma manera que hace Getir- distribuyen supermercados fantasmas por el territorio a partir de los cuales se reciben los pedidos de compras y se reparten. La turca, de hecho, se hizo con ambas empresas mediante sendos procesos de adquisición a lo largo de 2021 (BLOK) y 2022 (Gorillas). La barcelonesa sirvió, de hecho, como punta de lanza en el desembarco de la Getir en la Península Ibérica.
POR DEBAJO DEL SMI
Según ha podido saber Metrópoli de la mano de trabajadores que han preferido preservar su identidad por temor a represalias y han confirmado varios sindicatos, la plantilla se encuentra cobrando un sueldo base que se sitúa por debajo del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Este se acerca -pero no llega- a los 1.000 euros. Esta situación se debe a un convenio caducado que la compañía se niega a actualizar.
En concreto, comentan a este medio que Getir se rige por el convenio de mensajería vigente entre los años 2019 y 2021. Los trabajadores, aseguran, debían pasar automáticamente a un convenio actualizado vigente entre 2022 y 2025 que, entre otros aspectos, debía procurar un salario de unos 1.025 euros mensuales, garantizan las fuentes consultadas. Todavía lo siguen esperando y, en conversaciones con la compañía, solo han recibido negativas.
Además del sueldo, el nuevo convenio aumentaba las horas de disponibilidad para ir al médico -de 16 a 20 horas anuales- y el número de días de asuntos propios -de uno a dos-. También otorga una bonificación de 10 euros por domingo trabajado. Por el momento, los riders no han recibido ninguna de estas mejoras.
DESPIDOS MASIVOS ENCUBIERTOS
Denuncian que la compañía cierra y abre establecimientos y almacenes a su antojo. Con cada nuevo cierre, ofrece la oportunidad de traslado a su trabajadores. Sin embargo, los nuevos almacenes pueden estar demasiado lejos para que el trabajador pueda acudir. Fuentes sindicales consultadas sospechan que puede tratarse de una estrategia para forzar despidos masivos mediante dimisiones y bajas voluntarias.
Aseguran que no pueden demostrarlo y que el funcionamiento de la compañía es muy caótico ya no solo en la capital catalana sino también en el ámbito nacional, pero consideran que poner a los trabajadores en una situación en la que pasan de estar en un trabajo cerca de casa a tardar más de una hora para poder llegar a él es una forma de provocar reducciones de plantilla sin pasar por los pertinentes procedimientos de Expedientes de Regulación de Empleo (ERE).
SILENCIO ANTE LA PRENSA
Los trabajadores explican que Getir ha dado la orden clara de contacto cero con la prensa. Ningún empleado puede divulgar ninguna información a los medios de comunicación, sino que sobre ellos pesa la orden estricta de redirigir cualquier pregunta al departamento oficial de comunicación.
Ese mismo departamento, aclaran, es el encargado de gestionar los contactos con representantes laborales, lo que redunda en una comunicación "muy poco fluida" entre compañía y trabajadores. Recientemente se ha designado a un representante encargado de las negociaciones con los empleados pero, hasta la fecha, la gran mayoría de las peticiones obtienen un "no" por respuesta, cuando no son silencios o largas demoras hasta obtener respuesta, según relatan.
RIESGOS LABORALES
Los riders de Getir enfrentan cada día situaciones de peligro laboral en sus repartos. En primer lugar, cargan con más peso del estipulado. Según el curso de prevención de riesgos laborales la carga no debe superar los 10kg. No obstante, un supuesto estudio realizado por la empresa certifica que es seguro que los repartidores en bici lleven hasta 15 kg y los que van en moto hasta 25 kg. Esas cifras, en realidad, pueden llegar a duplicarse.
Se trata de cargas que no van sujetas a los vehículos, lo que añade una inestabilidad en el manejo de estos e incrementa el riesgo de accidentes. A ello se le suma que no son pocas las veces que los repartidores tienen que cargar los paquetes a pulso hasta la puerta de los domicilios de los clientes, lo que ha ocasionado contracturas y otras lesiones que han terminado en bajas médicas. Cuando la empresa comenzó a operar en Barcelona, relatan las fuentes sindicales consultadas, la plantilla contaba con unos 800 trabajadores entre riders y pickers -empleados de almacén que llenan las bolsas con los productos de la compra-. Actualmente, el número se ha reducido a unos 600 a los que hay que descontar un destacable número de empleados con bajas médicas. Si bien no han podido concretar el número exacto, sí han explicado que "cada picker tiene que hacer el trabajo de 2 o 3 empleados".
Tampoco les ayuda no contar con los equipos de protección y los uniformes de invierno o verano para poder funcionar. Todavía hay trabajadores que no han recibido sus uniformes abrigados a enero de 2023 cuando debían repartirse en noviembre. Algunos repartidores en moto utilizan sus propias chaquetas de protección o van sin ellas debido a que la compañía no ha entregado las reglamentarias. En el caso de las bicis es raro, detallan, encontrar a trabajadores pertrechados con casco, coderas y rodilleras y, para los trabajadores de a pie, tampoco se proporciona ni bonos de transporte público para el reparto ni los carritos para llevar las cargas.
Recientemente ha habido una mejora para estos últimos, y es que la compañía, tras las presiones de los trabajadores, ha reducido el radio de reparto a pie a 1km de distancia y máximo 5kg de carga, todo un logro teniendo en cuenta que hace escasos meses se podía llegar a los 20kg de peso y 5km de distancia. No obstante, alertan que a pie, los trabajadores pueden llegar a caminar decenas de kilómetros por día.
SIN EL DESCANSO LEGAL
En muchas ocasiones, los empleados trabajan sin descanso. Por lo menos, sin el descanso mínimo entre jornadas establecido por ley. Era algo habitual que un trabajador terminara un día a las 2:00 horas y tuviera que reincorporarse a las 08:00 horas. La compañía tampoco distribuía los dos días de libranza seguidos, sino que los iba adjudicando a conveniencia y sin consenso con el empleado. Por estos dos temas, sobre la compañía pesan dos denuncias ante Inspección del Trabajo. En el caso de la primera reclamación, la situación está mejorando y solucionándose gradualmente, pero todavía no hay noticias de la segunda, detallan las fuentes.
Tampoco se produce lo que se conoce como la desconexión digital. Los cuadrantes horarios se envían regularmente pero pueden sufrir constantes modificaciones. Los repartidores tienen que consultar cada poco tiempo su horario para asegurarse de la hora a la que les toca entrar a trabajar al día siguiente. Más allá del estrés o ansiedad que ello pueda generar, está en juego su propio empleo. Y es que Getir, cuentan, tiene una política de tolerancia cero con la impuntualidad y, a la que se acumulan un determinado número de minutos de retrasos, se pide justificante. De no tenerlo -algo habitual-, se procede al despido disciplinario. Dicho cese de la actividad laboral se lleva a cabo sin previo aviso y hay trabajadores que se han enterado tras recibir un mensaje de baja en la Seguridad Social.
Toda esta inestabilidad laboral que denuncian los empleados se combina con un una actitud "de muy poco diálogo" por parte de la dirección de la empresa que en España dirige Hunab Moreno. Con todo, parece que en Getir, a diferencia de como reza su eslogan, los trabajadores no pueden estar "tranquilísimos".
Al término de esta edición, la compañía ha rehusado a contestar a las preguntas formuladas por este medio.