Archivada, de nuevo, la causa abierta contra el colegio Jesús Maria i Josep del barrio de Sant Andreu de Palomar por el suicidio de una de sus alumnas, Kira López, que se quitó la vida tras ser víctima, según la acusación, de acoso escolar. La Audiencia de Barcelona ha desestimado el recurso presentado por la acusación, en la que se personaban tanto la abogada Carla Vall en representación de los padres de la menor de 15 años como el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat.

Vall ha agradecido a través de sus redes sociales el papel del Ayuntamiento de la capital catalana a lo largo del proceso judicial, mientras que ha criticado con dureza la inacción del equipo jurídico de la Generalitat.

SIN VINCULACIÓN

En el informe emitido por los magistrados, el tribunal ha desestimado los recursos presentados después de que ya hubiera, en su momento, archivado la causa contra la escuela al considerar que no se ha podido "vincular la muerte de la joven con ninguna acción u omisión atribuible a una persona determinada". Aseguran que ese es un requisito indispensable para la vía penal, por lo que creen que es un camino que no procede.

"El suicidio de una joven de 15 años es devastador para los progenitores y para todos aquellos que la conocieron y la querían", sentencia el escrito, que añade que "el ámbito penal no es el espacio oportuno para la búsqueda de consuelo o de respuestas". Para José Manuel López, el proceso judicial sí ha demostrado que su hija, que se quitó la vida en mayo de 2021, sufrió acoso por parte de sus compañeros. Su lucha contra la institución escolar se debe a que, en repetidas ocasiones, acudieron al centro para pedir que interviniera. Sin embargo -y siempre según la versión de los padres- el centro no actuó.

La investigación judicial no ha podido concluir, a pesar de las pruebas aportadas, que la menor se suicidara a causa de la situación que padecía. Los progenitores de la menor no descartan estudiar otras vías judiciales contra la escuela.

PORNOGRAFÍA INFANTIL

El colegio lleva en horas bajas desde hace tiempo y no solo por el caso de Kira. Tras más de 125 años abierto, saltó la polémica poco antes de que la menor se quitara la vida que un informático del centro había puesto en conocimiento de los mossos que uno de los párrocos de la congregación, el padre J.Calvet, poseía en su ordenador portátil casi 40 GB de pornografía infantil.

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