Aproximadamente 150-200 personas de la comunidad italiana en Barcelona se han movilizado este sábado contra su consulado en Barcelona. Los ciudadanos italianos que viven en prácticamente un tercio del país dependen, para poder hacer cualquier trámite burocrático con su país, de unas instalaciones ocupadas por 27 trabajadores que, aseguran, "no trabajan".
Frente al edificio del país latino se han podido oír gritos de 'vergüenza' o 'pasaporte'. Y es que los más de 120.000 italianos residentes tanto en la capital catalana como en muchos otros lugares de España que tienen que venir a la urbe para renovar sus documentos de identidad y sus pasaportes experimentan un auténtico infierno que les ocupa meses de vida.
Metrópoli ha podido conversar con Carlo, activista independiente y uno de los organizadores de la manifestación, y ha explicado que en muchas ocasiones, el papel de asistencia que debería tener el consulado para con los ciudadanos de su país ha recaído sobre los hombres de unos cuantos ciudadanos que, sin ánimo de lucro, de forma gratuita e invirtiendo su tiempo personal, deciden ayudar a sus compatriotas. "No entiendo cómo otros consulados como el dominicano, el alemán o el colombiano sí funcionan y el nuestro no", comenta a este medio.
"Nos volcamos en ayudar a nuestra comunidad, de manera gratuita y sin ningún tipo de ánimo de lucro. Sacrificamos nuestro tiempo por la comunidad italiana. hacemos lo que podemos entre varios a través de redes sociales para intentar ayudarnos.", añade.
Tras la manifestación de este sábado, la comunidad italiana, explica, estará a la espera de una reacción por parte del Ministerio de Exteriores italiano antes de estudiar nuevas formas de presión. "Pedimos que el Ministerio tome cartas en el asunto y solucione esto de una vez por todas". Y quizá tengan esperanza, pues se trata de la primera manifestación que se ha hecho frente al consulado italiano en Barcelona jamás.
Si no obtuvieran respuesta, explican, valorarán nuevas formas de llamar la atención de las autoridades. Lo que sí se hará será crear un canal vía correo electrónico para enviar todas las quejas sobre el mal funcionamiento de la institución directamente a las autoridades políticas en Roma y, además, estudian manifestarse una vez cada tres meses. Y es que movilizar a gran parte de la comunidad es complicado. Sólo en Barcelona, residen cerca de 40.000 italianos, pero el consulado atiende a más de 120.000, pues también cuentan en su circunscripción todos aquellos que viven desde Andorra hasta Murcia y desde Zaragoza hasta las Islas Baleares.
MUERTE SOCIAL
Miembros de la lista Azzurra de Italia explicaban a este digital que la lentitud e ineficacia de la institución está poniendo en peligro los empleos y hasta la vida de las personas. "No disponer de la documentación en regla ha hecho que a personas se les haya bloqueado la cuenta bancaria. Los perjudicados han visto cómo se les ha impidiendo el acceso a las nóminas, a poder pagar el alquiler o a poder viajar", así como de disponer de liquidez para cuestiones tan básicas como hacer la compra. Hacer cualquier trámite implica retrasos de meses y se corre el riesgo de que nunca se lleguen a hacer porque se han perdido los informes.
En algunos casos, esa misma situación pone en peligro los empleos de algunos ciudadanos que tienen la necesidad de viajar por motivos laborales. Para solucionar una situación de esta gravedad, hay que pedir cita previa que puede tardar meses en materializarse. Dicho de otra manera, más de medio año sin poder retirar dinero, con la cuenta bloqueada, sin documentación o con problemas con Hacienda. "Solo el trámite de pedir una cédula de identidad o poner en regla el pasaporte puede tardar de seis a ocho meses", detallan. "Son plazos que te matan socialmente: no puedes viajar, ni comprar, ni sacar dinero ni pagar el alquiler o la luz", concreta Carlo.
Y es que el consulado italiano tiene la capacidad de programar 10 visitas diarias para actualizar el DNI y otras 10 para pasaportes, pese a las 120.000 personas a las que brinda cobertura. Para acortar plazos, las fuentes consultadas aseguran que ha surgido una 'mafia' de las citas previas, una supuesta organización paralela que ilegalmente pide citas a medida que van surgiendo y luego las ponen a la venta por entre 150 y 200 euros.