Se impone el secretismo y el silencio en torno al caso de las presuntas agresiones sexuales a menores de entre 3 y 5 años en el colegio del Liceo Francés de Barcelona. Según ha podido saber Metrópoli, la dirección del centro ha obligado a las familias y a la APA (Asociación de Padres de los Alumnos) a permanecer calladas ante las preguntas de los medios. "No podemos hablar sin autorización", aseguran fuentes consultadas. Más allá del comunicado interno al cual tuvo acceso en exclusiva este medio, el colegio se ha cerrado en banda y no tiene intención alguna de expresarse públicamente sobre lo sucedido. Metrópoli ha intentado contactar en reiteradas ocasiones con el responsable de la escuela Jean Bastianelli, pero no ha obtenido respuesta.

"NOS HAN PROHIBIDO HABLAR"

El clima de nerviosismo e inseguridad que se vivía hace una semana, cuando estalló todo, se ha apaciguado. Varios familiares muestran una actitud más calmada. "Confiamos plenamente en las autoridades" y "el centro ha actuado de la mejor manera posible" son las únicas respuestas que recibe este medio por parte de las familias, además de las otras muchas negativas a dar una versión. Debido a la delicada situación, ya que hay menores implicados, puede parecer responsable que los familiares opten por callar sobre el asunto. No obstante, hasta tres madres han sido muy claras con este digital: "El colegio nos ha prohibido hablar con la prensa". A esto también se suma el silencio por parte de la Asociación de Padres de los Alumnos (APA), que señala que no puede hacer declaraciones sin una autorización previa.

LOS FAMILIARES, DIVIDIDOS

Tras conocerse los hechos, el centro puso atención psicológica a disposición de los alumnos y organizaron varias reuniones con los padres. Sin embargo, para algunos familiares no fue suficiente y lamentaron la falta de un protocolo para evitar este tipo de situaciones tan graves hacia los niños. Ahora, unos días más tarde, hay diferentes versiones entre algunos padres. Mientras unos defienden el proceder de la escuela, otros sopesan darse de baja, según han confirmado fuentes conocedoras del caso a este digital.

Uno de los que se ha pronunciado contra la dirección del Liceo Francés de Barcelona ha sido el padre de una de las víctimas del presunto pederasta. El progenitor lamenta --en declaraciones al diario francés Equinox-- que la dirección de la Maternelle haya tardado tanto en tomar las riendas sobre el asunto. Simon (nombre ficticio para preservar su anonimato) critica que los responsables pasaron por alto sus advertencias cuando explicaron que su hija presentaba unos comportamientos muy raros e impropios de una niña de su edad. Más tarde, presentaron una denuncia ante los Mossos d'Esquadra.

Exterior del Liceo Francés de la calle de Munner / LICEO FRANCÉS

Cuando se hizo público el posible caso de agresión sexual a menores de entre 3 y 5 años, todos los padres fueron a una. De hecho, desencadenaron una pequeña protesta en las puertas del centro. El ambiente se fue calentando hasta el punto de que el director tuvo que salir al paso con un comunicado interno. Los padres querían saber más detalles del suceso y, sobre todo, si sus hijas eran víctimas del presunto pedófilo. 

MONITOR DE COMEDOR

Las alarmas saltaron entre los familiares. Como ya explicaron a este medio, la primera reacción que tuvieron fue de rabia y enfado. "No estaremos del todo tranquilos hasta que culmine la investigación y se aclare todo", señaló uno de ellos. Desde la dirección, el responsable Jean Bastienlli puso en conocimiento de las familias que se trata de un monitor de comedor, actualmente suspendido de sus funciones por la empresa que presta este servicio, Serunion.

Según ha podido saber Metrópoli, el autor de los hechos trabajaba desde hacía más de tres años en el centro. Es por esto que los familiares temen que se haya producido más agresiones a lo largo de todo este tiempo. De hecho, podría haber tres víctimas más: dos niñas y un niño de entre 5 y 6 años, cuyas familias aún no han presentado denuncia, según informó Catalunya Ràdio.

'MODUS OPERANDI' DEL DEPREDADOR

Las últimas informaciones demuestran el calvario que sufrieron las víctimas. Tal como avanzó Metrópoli, el presunto depredador sexual fotografiaba a las niñas desnudas, les hacía tocamientos, se masturbaba delante de ellas, además de practicar felaciones y amenazarlas con poner una bomba en el colegio si explicaban algo, según consta en el atestado policial. Su modus operandi se basaba en crear un vínculo de confianza con los menores. Aprovechaba los momentos como los del comedor, la piscina y entradas y salidas del autobús para acercarse a los menores y tocarlos sin su consentimiento, siempre según la versión de los denunciantes.

Según informan agentes de los Mossos a Metrópoli, por el momento solo hay una persona investigada a raíz de una denuncia de una familia, por lo que el presunto depredador sexual se encuentra en libertad.

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