La memoria es frágil. Recordamos lo que nos interesa y formamos la opinión a partir de los expectativas de cada uno. ¿Pero qué ha pasado en los últimos años? El escritor Valentí Puig acaba de publicar el dietario La casa dividida (Destino), centrado en 2022. Hay referencias sobre el conflicto bélico en Ucrania, pero también sobre el desconcierto moral y existencial. Y sobre la situación en Barcelona y el “desastre” de Ada Colau al frente del Ayuntamiento. Puig entiende, precisamente, que la memoria debe jugar un papel esencial en las próximas elecciones del 28 de mayo. “Nos olvidamos que Trias abrió las puertas a la política de Colau”, asegura.
Las trayectorias políticas, la responsabilidad de los dirigentes y la coherencia de cada uno, se debería tener en cuenta a la hora de decidirse por un candidato. Valentí Puig considera que Xavier Trias, como alcaldable de Junts per Catalunya, aparece ahora para muchos barceloneses como alguien con un perfil distinto, dispuesto a “moderar” las cosas, tras los ocho años de Colau. Pero, ¿qué sucedió en su etapa de alcalde entre 2011 y 2015? “Se está creando el mito del ‘doctor’ Trias, como un señor de Barcelona de toda la vida, y nos olvidamos que él abrió las puertas a la política de Colau, pero todo el mundo cree lo que quiere creer, y, por tanto, si se cree ese mito podría ser que Trias sea el más votado”, asegura Puig en una entrevista en el programa Converses de la Cadena Cope, con la presencia de Metrópoli.
Ese ‘mito’, sin embargo, podría sufrir un desgaste importante a partir de lo que suceda en el seno de Junts per Catalunya. Las movilizaciones a partir del caso Laura Borràs, tras la sentencia que la condena a cuatro años de cárcel, aunque con la petición de indulto de dos años, para que no ingresara en prisión, con una radicalización del movimiento independentista, podrían perjudicar de forma grave las opciones de Trias. A juicio de Puig todo dependerá de cómo reaccione el propio candidato: “Trias ha jugado la línea de la moderación, no niega que es independentista, pero tampoco lo dice abiertamente. Pero claro, si todo esto ahora se radicaliza, habrá gente que no le guste y se podría distanciar. En todo caso, aunque me puedo equivocar, yo creo que no habrá un proceso de radicalización inmediata, será más soterrado”, afirma el autor de La casa dividida.
Para Puig la opción de Trias es aparecer como “moderado”, pero sin un cambio brusco en la orientación de JxCat, porque los electores que en su momento apostaron por el proceso independentista no pueden admitir tan rápidamente que se equivocaron. “Hay un sustrato de opinión de clase media, y alta en Barcelona que pueden considerar ese voto y que creen que no se equivocaron en su momento, porque reconocer errores siempre es muy difícil. Pero dependerá de cómo reaccionen otras fuerzas políticas, desde la CUP a los seguidores de Laura Borràs”, asevera el escritor.
Ahora bien, ¿podría arruinar todo ello la candidatura de Trias? Puig insiste en que “el nacionalismo, el que viene del populismo y se dejó seducir por la secesión, tampoco tiene muchas alternativas a la hora de votar”, en referencia a que Trias podría conservar ese voto pase lo que pase.
Lo que se juega Barcelona es de enorme trascendencia, a juicio de Puig, que conoce bien el sustrato cultural y político de la capital catalana. En uno de sus libros, Barcelona cau, Puig noveló los últimos días de la Guerra Civil en Barcelona, mostrando las reacciones violentas y también las traiciones de los dirigentes de la época y de los oportunistas. Según Puig, “si Barcelona se perpetua con el sistema de Colau, que es improvisación, demagogia e inseguridad, Barcelona sufrirá, los intereses de Barcelona sufrirán y, de rebote, sufrirá Catalunya, porque, no nos engañemos, la marca es Barcelona”.
Eso lleva a Puig a señalar que él en ningún caso votaría a Colau, ni tampoco “a Trias o Maragall”, y que, sin la perspectiva de “líderes claros”, la decisión de los electores en momentos como éste será la de votar a candidatos para lograr que “no salgan los que no gustan”. Puig, sin embargo, se alegra de no estar censado en Barcelona, con lo que no deberá tomar esa decisión sobre Colau y el resto de alcaldables, con el socialista Jaume Collboni también entre ellos.
EL MODELO DE PRAT DE LA RIBA
Las elecciones municipales deberían poner sobre la mesa, a juicio de Valentí Puig, una serie de prioridades. En los últimos meses se ha intensificado el debate sobre el hecho metropolitano, sobre las necesidades de muchos municipios que forman, en realidad, una gran mancha urbana en torno a la capital catalana. “Con Pasqual Maragall se dio forma a la idea de la ciudad-región, o de la macro-ciudad, y estaría bien hablar de ciudad-región. Barcelona tiene unas dimensiones, con un sistema comunicativo, que hace posible ese proyecto. Y tendría una potencia extraordinaria”, asegura Puig.
La apuesta del escritor es que ha llegado el momento de la gestión en muchos ámbitos: Recordamos a una persona como Prat de la Riba, que, a pesar de su lenguaje radical, era muy realista, y macomunó las cuatro diputaciones para realizar muchas cosas, como las carreteras, por las que pasamos todavía. ¿Qué es importante ahora, el corredor mediterráneo? Pues vayamos a por él, o a por el aeropuerto. Dejémonos de identidades, porque las identidades las crean los individuos”, sentencia Puig.