Indignación entre familiares y sindicatos educativos. A pocos días de terminar las clases, el Ayuntamiento de Barcelona en funciones ha acordado empezar el próximo curso en las escuelas infantiles el viernes 8 de setiembre, dos días más tarde que los centros de educación primaria e institutos. Una decisión que tanto los padres como los sindicatos describen de “absurda” y “perjudicial” para los más pequeños, ya que interrumpirá su proceso de adaptación.
INCOHERENCIA PEDAGÓGICA
Según los sindicatos educativos USTEC Y CGT, el consistorio barcelonés no es consciente de las consecuencias que supone iniciar las clases en esta fecha. Por un lado, la entrada a una escuela infantil supone para los menores de 0 a 3 años la primera separación del núcleo familiar. Por esta razón, los niños deben pasar por un proceso de adaptación a un nuevo espacio y a nuevas personas, que les ayuda a establecer vínculos con sus compañeros y maestros. La adaptación se hace de manera progresiva, de tal manera que el horario es reducido durante los primeros días, de unas tres horas. Otro factor a tener en cuenta es que los trabajadores de los parvularios empiezan cuatro días antes, el 4 de septiembre.
Estas dos circunstancias repercuten negativamente en la educación de los pequeños. “No tiene ningún sentido obligar a un niño a empezar su proceso de adaptación un viernes para luego tener tres días de fiesta, ya que el 11 de septiembre es festivo”, lamenta a Metrópoli David Caño, miembro del sindicato USTEC Barcelona. Desde CGT Ensenyament también critican que la administración “da por hecho que con cuatro días es suficiente preparar el curso”, cuando, en realidad, “todos sabemos que se necesitan más de los impuestos”. Así pues, el Ayuntamiento de Barcelona ha tirado hacia delante una decisión errónea, a pesar de la oposición y la falta de coherencia pedagógica denunciada por los actores sociales implicados.
UNA ÚNICA SOLUCIÓN
Lo paradójico es que la respuesta que da el gobierno municipal en funciones a las denuncias de los sindicatos educativos es que el calendario se ha establecido de acuerdo con el Institut Municipal d’Educació de Barcelona (IMEB) pensando en las necesidades de los trabajadores de las escuelas infantiles. De este modo, el consistorio se desmarca del Departament d’Educació, que marca la vuelta a las clases el 6 de septiembre, con la excusa de que “el personal docente debe tener el tiempo necesario para las entrevistas con las nuevas familias”. Sin embargo, tanto USTEC como CGT aseguran que no es la solución. “Empezar el 12 de septiembre daría respuesta tanto a las necesidades del profesorado, que podría preparar correctamente el inicio del curso, como del alumnado, que tendría una mejor adaptación”, recuerda Caño a este digital.
AMENAZA DE MOVILIZACIONES
La lucha contra el avance del inicio del curso es una problemática que afecta a todo el sistema educativo catalán y lleva meses cociéndose con huelgas y manifestaciones de los docentes. Los sindicatos critican que desde las administraciones se toman decisiones “sin tener en cuenta la opinión de las personas implicadas” y que esto afecta directamente “al bienestar educativo de los más pequeños”. Ahora, con la marcha del conseller de educación Josep Gonzàlez Cambray y la incorporación de Anna Simó, los sindicatos se mantienen esperanzados con un cambio de rumbo en las políticas educativas impuestas hasta ahora. De no ser así, amenazan con movilizaciones durante el inicio del próximo curso.